Conversaciones Temáticas (2): Patricio Aguirre con… Paco Gilabert

Paco Gilabert
Entrevistas publicadas en la web de la Federación Inter-Americana de Filatelia, realizada por su actual Presidente Patricio Aguirre. La reproducimos en su totalidad dado su interés para los coleccionistas, hoy al jurado temático Paco Gilabert…

Francisco (Paco) Gilabert Granero se ha destacado a nivel español y americano en la promoción y enseñanza de la filatelia temática y juvenil, con un larga y extensa trayectoria en las directivas de la filatelia de Granada, de la FESOFI y por muchos años como delegado filatélico de FESOFI para los temas con América.

Comenzando por lo más básico, ¿Desde cuándo y por qué comienzas a coleccionar sellos?
Tenía 9 años. Andaba preparando el ingreso de bachillerato en un colegio mixto, algo insólito en la España franquista de 1955 donde estaba plenamente asumido, como norma inmutable, aquello de “los niños, con los niños; las niñas, con las niñas”, regentado por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul. Entre las inquietudes sociales de aquellas estupendas monjitas, estaba lo de ayudar al Tercer Mundo. Y uno de los medios era el de recolectar “sellos para los negritos”. La verdad es que yo no entendía qué podrían hacer aquellos “negritos” –con el tiempo lo comprendí- con los sellos de las cartas que me proporcionaba mi padre y que yo recortaba. Por cierto, entonces las cartas SÍ llevaban sellos. Me interesaron tanto las imágenes de las estampillas que comencé a quedarme con “una de cada”. El paso siguiente fue irles pidiendo a conocidos y amistades con familiares en países extranjeros (vivía en tierra de emigrantes) las cartas que recibían de Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Suiza… Imposible recordar ahora cuántas de aquellas cartas destrocé durante años, lustros, décadas… Porque yo me convertí en coleccionista (?) de “universal en usado”.
¿Por qué decidió coleccionar temática?
Mis padres me enviaron a Granada para continuar estudios. Terminé Magisterio, luego la licenciatura en Geografía e Historia y posteriormente cursé el Doctorado. Trabajé en la Universidad y en un Instituto. Me casé. Empezaron a llegar los hijos. Y no había dejado la filatelia. Antes bien, me había diversificado. De coleccionista de “Tradicional” (España, Andorra, Francia, Dinamarca, Suecia, Feroe…), amplié a “Historia Postal” y  a “Maximofilia”. Hasta que llegó a la ciudad un joven catedrático de Alemán, Mario Bueno Heimerle, ya entonces Jurado FIP de la especialidad y uno de los dos considerados “padres” de la Temática en España. Con su teoría de que la Temática era la “filatelia inteligente”, me convenció. Ayudados por varios amigos filatelistas, y con  el patrocinio de una institución provincial, iniciamos el ciclo “Granada, 82-92. Las cien mejores colecciones temáticas españolas” por el que, a lo largo de diez años, pasaron auténticos maestros de la Temática europea y los mejores de España. Nombres como Nino Barberis, Joss Wolff, Gunnar Dahlvig, Willi Serres, Manfred Bergman, Illio Garparri, Giancarlo Morolli, Pedro Rodríguez Pericó, Javier Núñez, Ángel Sánchez-Arévalo, Pilar de Alfaro, Luis María Fernández-Canteli, José Antonio Hernán…, incluido Mario, todos jueces FIP o nacionales, además de coleccionistas con medallas de Oro, hicieron de Granada un referente de la Temática europea. Y yo, pues aprendiendo de ellos año tras año ¿Por qué Temática?: Porque me supuso un reto a la inteligencia. Porque no era un asunto de bolsillo (aunque también) sino de cabeza, de estudio. Porque había que dominar toda la filatelia, en su inmensidad. Porque en una colección temática no funcionan las coordenadas espacio-tiempo propias del resto de las demás Clases de Competición ya que, básicamente, cada colección temática o cuenta una historia o defiende una tesis… con la sola ayuda de los materiales postal-filatélicos.  Es justo lo que me hizo decantarme por esta modalidad de coleccionismo. Ello, con una idea muy clara: que, a diferencia de otras Clases (Tradicional, Historia Postal, Aerofilatelia, Enteros Postales…), el temático difícilmente recuperará la inversión realizada. Pero entiendo que eso es algo que no preocupa a los coleccionistas de esta especialidad. O al menos a mí no.
¿Cuándo y por qué motivaciones un filatelista decide comenzar a exponer y a participar en competencias filatélicas?
El filatelista es, ante todo, un amante de su hobby. Primero, acumula; después, colecciona aquello que le atrae; más tarde se gusta a sí mismo con lo que va creando y, finalmente, con ese puntico de ególatras que todos llevamos dentro, quiere que colegas de afición, familiares y amigos admiren su obra, y la exhibe. Después, asiste a exposiciones, aprende de otros, compara, y llega un momento en que, si cree que lo suyo merece el aplauso y el reconocimiento públicos en forma de medallas, o se lo da a sí mismo o se le dan otros el pequeño empujoncito que le lleva a competir.
En su opinión, ¿por qué un filatelista temático decide coleccionar tal o cuál tema específico?
Me aplico aquello de que hay tantos gustos como colores… y tantos asuntos susceptibles de ser desarrollados mediante la utilización de materiales postal-filatélicos como nuestra imaginación desee. No todos igual de fáciles, por descontado, pero sí realizables. Y no descartemos, si hablamos de la consecución de las grandes medallas, que, como todo en la vida, lo bueno, lo excelente, lo mejor,  tiene un coste y que no todos los bolsillos pueden asumirlo. Me explico: Para quien desee montar una colección sobre la historia de las Olimpiadas lo tendrá relativamente fácil pues hay material sobreabundante, pero no lo tendrá igual de sencillo el que pretenda hablar con su colección de la incidencia social, política y económica de los Juegos Olímpicos en el siglo XX. Y no precisamente por falta de materiales sino por la mayor dificultad que entraña la elaboración del discurso “temático” en este caso... y en tantos otros. Curiosamente nadie se ha atrevido aún a realizar tal estudio con una “Temática”. Y en cuanto al meollo de la pregunta, se trata normalmente de afinidades de tipo personal (cada cual elige lo que le acomoda o le apetece) o de otras que yo llamo “cuasi-inducidas”, en el caso de los filatelistas juveniles, generalmente procedentes de clubes con sección específica para jóvenes que cuentan con monitores especializados. Por la baratura y accesibilidad de ciertos materiales postal-filatélicos, resulta más sencillo –y más atractivo para el chico o la chica- encauzar a un filatelista juvenil hacia la Temática.
Luego de escoger uno o más temas específicos, ¿solo se deben buscar los tipos de sellos escogidos o se debe estudiar el o los temas seleccionados?
Lo más normal es que el filatelista temático se dedique a un único asunto al que, al correr de los años, van mimando, retocando, mejorando. Sólo los temáticos de gran nivel, cuya primera colección ha llegado a casi los máximos en competiciones internacionales (Oro, Oro Grande), se adentran en otro tema, mitad porque les gusta o atrae, mitad por seguir en la competición. Porque, la competición, guste o no el reconocerlo, es algo que “engancha”. Y competir, ya sea con los teóricamente mejores del mundo, ya sea del continente, ya del propio país, siempre es costoso y no exento de riesgos. No sólo por la competición en sí (envío nunca seguro ciento por ciento, gastos por asegurar la colección, derechos de participación, prorrata de gastos del comisario nacional) sino porque las colecciones competitivas exigen materiales de alta calidad y, para conseguirlos, hay que rascarse el bolsillo. En cuanto a lo que me propone, yo siempre aconsejo los siguientes pasos: 1).- Elección del tema. 2).- Determinación del título, que es el que marcará el contenido y la extensión de la colección. 3).- Construcción del plan, cuyas mínimas cualidades han de ser éstas: científico, lógico, completo y equilibrado; y, a partir de ahí, ir estudiando cuáles son los mejores materiales postal-filatélicos para cada capítulo o subcapítulo. Si los coleccionistas temáticos actuasen así se ahorrarían bastantes “pesitos”. Por desgracia para la economía personal, los temáticos solemos comenzar al revés: primero compramos, compramos, acumulamos piezas y luego, cuando damos los pasos lógicos, nos encontramos con cajas de zapatos llenas de materiales a los que no sabemos cómo darles salida a fin de paliar los dispendios anteriores.
¿Qué proceso debe seguir un expositor temático para que su colección temática no termine siendo una colección de Tópico?
Primero de todo, sentido común y entendimiento de lo que es desarrollar un asunto con lógica y con conocimiento exacto de los materiales que han de utilizarse. Para ello, hay que estudiar bien tanto el Reglamento FIP cuanto las Directrices que lo desarrollan, de fácil acceso a través de Internet. Y conste que no son textos para “Premios Nobel mayores de 80 años acompañados por sus padres” sino algo bien sencillito de entender y de asimilar. Las colecciones “por el motivo”, las “motivsammlungen” de los alemanes, hace ya medio siglo que dejaron de ser consideradas “Temáticas”. ¡Y todavía las vemos en las exposiciones! No son sino una especie de “más de lo mismo”: ¿Mariposas?, todas las del mundo mundial; ¿Barcos?, idem de idem; ¿Emisiones UPAEP incluso con materiales carísimos por obra y gracia tanto de las Administraciones postales como del comercio?, pues igual. En ninguna de ellas se cuenta una historia o se defiende una tesis sino que se presentan simples acumulaciones. Y un amontonamiento, por más que se realice respetando la cronología o la geografía de los países emisores, jamás podrá ser una colección temática.
¿Cuáles pueden ser las razones por las cuales las colecciones de tópicos dejaron de estar de moda y pasando a ser consideradas como inválidas en las exposiciones internacionales?
Aun a riesgo de repetirme, reitero que si no se desarrolla una idea, una tesis, previamente presentada en un título y con un plan coherente y derivado del mismo mediante piezas postal-filatélicas, más  los correspondientes textos (aclaraciones de la secuencia) temáticos y filatélicos, no hay colección Temática. Y no se trata de que las colecciones temáticas y las de “por el motivo” sean incompatibles sino que es algo mucho más radical: las Temáticas pertenecen a una de las Clases de Competición de la FIP y sus Reglamentos están bien definidos; las otras, ni se contemplan ya. Como mucho, estas últimas habrían de ser calificadas según los criterios de evaluación del Reglamento de “Filatelia Tradicional” y saldrían siempre malparadas. Las “por el motivo” dejaron de estar de moda, pues, porque no son “ni chicha ni limoná”. O mejor, y simplemente, porque no son ni siquiera de “Tradicional”.
Al preparar o armar una colección temática, ¿dónde debería colocar principalmente el expositor el foco de atención?
Más que expositor, yo comenzaría hablando de coleccionista que estudia, crea, construye una colección temática. Porque lo de llevarla a competición viene después. Y lo de dónde colocar el foco de atención, a mi modesto entender vendría dado en los pasos que antes indiqué: elección del tema de su preferencia y análisis de sus posibilidades en lo que al hallazgo, accesibilidad y carestía de las piezas que necesite; determinación del título a tenor de lo analizado anteriormente; construcción del plan y desarrollo del mismo mediante los textos temáticos y filatélicos (descripción de la naturaleza postal de las piezas empleadas) y la utilización correcta de las “piezas” que estén en su horizonte (y a su alcance económico) en la secuencia.
¿Cuáles serían los principales consejos que debería tomar en cuenta alguien que va a iniciarse en la filatelia temática?
Eso depende de cuál sea el objetivo. Si se trata de construir una colección temática para puro solaz personal, cada cual puede llevarla a término como mejor le parezca o más le guste. Seguro que se divertirá. Pero si en su horizonte está el competir, ha de ajustarse a las reglas del juego. Por tanto, el primer paso habría de ser empaparse de lo que se entiende y considera “colección temática” y de cuáles son las exigencias que le plantean tanto el Reglamento como las Directrices emanadas de la FIP. De no hacerlo así, lo demás serían ganas de recibir estacazos. Porque los jueces sí conocen y sí aplican dichos reglamentos. Y premian o penalizan de acuerdo con ellos.
¿Qué consejos enviaría a aquellos expositores que muestran en repetidas ocasiones sus colecciones sin obtener medallas superiores a la de Bronce o Bronce plateado? ¿En qué puntos suelen equivocarse?
Muchos de los coleccionistas que compiten se enfadan con el Jurado. Alegan que se han gastado tal o cual cantidad de plata incluyendo… cinco, seis, siete nuevas piezas. Y es verdad que lo han hecho. Pero en una colección de cinco marcos (=80 hojas), que puede contener hasta 1.000 o más elementos, esas pocas piezas pueden hasta pasar desapercibidas. Está demostrado (estudios recientes de jueces temáticos relevantes tales como Giancarlo Morolli, Bernard Jimenez, José Ramón Moreno… así lo confirman) que, si bien es necesaria la mejora de los materiales postal-filatélicos, se pueden ganar puntos extra sin necesidad de inversiones o gastos simplemente mejorando el título, el plan, el tratamiento o desarrollo, los textos temáticos y filatélicos…  Y es que, acaso por desconocimiento del Reglamento, el coleccionista temático pasa por alto un dato clave: que el 70% del puntaje de su colección proviene no del dinero gastado sino de la inteligencia y del estudio aplicados a su colección: Título y Plan (hasta 15 puntos = tres niveles de medalla), Desarrollo (15 puntos), Innovación (5 puntos), Conocimientos Temáticos (15 puntos), Conocimientos Filatélicos (15 puntos) y Presentación (5 puntos). Tan sólo el 30% restante proviene de los conceptos –o criterios de evaluación- meramente crematísticos: Estado (10 puntos) y Rareza del material (20 puntos). Aclaro: dicho así, podría parecer que a la Plata Grande FIP se llegaría sólo con la cabeza pero hay que ser realistas y pensar que tanto la presentación y el desarrollo como la variedad y, sobre todo, el grado de rareza de los materiales incluidos, influyen en el resto de los apartados por los que una colección recibe los puntos.
¿Cree usted que parte importante de la puntuación de una colección temática está en la variedad del material filatélico expuesto? ¿En qué debe enfocarse en filatelista para aumentar su puntuación?
No sólo en esto, pero también. Sumando todo lo que se pueden alcanzar según los criterios de evaluación referidos a este apartado (“Conocimientos filatélicos”, “Estado del material” y “Rareza del material”) nos vamos a los 45 puntos, que son ni más ni menos que nueve escalones de medalla. Está claro que el filatelista temático debiera de conocer todo cuanto la Posta de cualquier país ha generado a lo largo del tiempo sobre su tema. Esto, ya de por sí, representa todo un reto. Pero la cosa se complica aún más si introducimos estas dos variables: que los materiales estén en el mercado y que sus precios nos sean asequibles. Pero, aun suponiendo que la pieza que buscamos esté en el mercado y que podamos adquirirla, después viene el que sepamos no sólo colocarla en el lugar adecuado sino también que sepamos describirla correctamente. El hecho de insertar una pieza “única” y carísima no garantiza más puntos si no es la adecuada para el pasaje donde la incluimos o si está mal explicada.
¿Se puede armar una colección temática competitiva que pueda obtener cuando menos una medalla de Vermeil Grande sin que ello pase por invertir mucho dinero en ella? ¿Existe una proporcionalidad en relación al dinero invertido y la medalla obtenida?
No pretendo engañar. Con frecuencia se ha difundido el tópico de que la Temática es “la filatelia de los pobres”. En parte es cierto. Sobre todo para los juveniles. Pero le cito dos casos de amigos con medallas de Oro en sus colecciones que participaron en sendas subastas de Nueva York y Londres: el uno pagó por una sola pieza 20.000 dólares; el otro, 12.000. Insisto: por una sola pieza. Y si vemos la colección que en Bélgica fue candidata al “Grand Prix”, observaremos que en sus 128 hojas había más de 80 piezas únicas o de altísimo nivel. Para conseguir una Plata Grande o un Vermeil FIP no son necesarios onerosos dispendios. Pero para conseguir los 85 puntos del Vermeil Grande (no olvidemos que se trata de 8,5 sobre 10 y que, académicamente, estamos hablando del sobresaliente) el asunto es más complicado. Además de inteligencia, hay que poner dinerito. Porque los buenos materiales cuestan.
A pesar de gran stress que puedes significar para un coleccionista someterse a una evaluación de un "tercero", ¿Cree usted que vale la pena seguir participando? ¿Qué virtudes personales debe tener quien se enfrenta a una evaluación?
No puedo saber qué sienten los demás pero yo, que desde los 10 años hasta que superé los cursos del doctorado estuve pasando prueba tras prueba, asumí que los exámenes eran parte del juego y me sometí a evaluaciones continuas y continuadas sin ese “stress” que me cita. En mi faceta de filatelista, aun entendiendo que quien mejor conoce de su tema es el que ha creado la colección, también he aprendido que no se puede ser juez y parte al mismo tiempo. Y que siempre hay alguien (un juez) que, por su experiencia como “calificador” y por su conocimiento de las reglas, no sólo está capacitado para evaluar nuestro trabajo sino que, además, nos puede ayudar con sus consejos. Lo de si merece la pena seguir compitiendo depende de la actitud de cada cual. Los jueces, en cuanto que humanos, son tan falibles como cualquier otra persona. Pero ya por el hecho de haber llegado a serlo, han de suponérseles ciertos conocimientos y ciertas capacidades y aptitudes para calificar. Si estamos dispuestos a aceptar decisiones (aunque a veces no nos agraden) y consejos, sin duda mejoraremos; si damos el portazo por inconformidad ante un veredicto y nos retiramos de la competición, jamás progresaremos. Y la mejor virtud del filatelista que compite es la de admitir que tal vez el juez tenga razón y que sus consejos acaso puedan ayudarle a superarse. Pero claro, yo es que parto de la siguiente convicción: la tarea de un juez no sólo es la de calificar y emitir un veredicto sino, y sobre todo,  la de enseñar.
Finalmente, ¿cuál sería el consejo que le daría al filatelista, sea éste coleccionista o expositor, que a usted le habría gustado recibir al inicio?
Uno que a mí no me dieron y que me hubiera ahorrado mucho dinero: Elige el tema de tu preferencia; estúdialo a fondo; piensa cómo te gustaría presentar tu idea; formula un plan de trabajo para desarrollarla lo más perfecto posible… Y sólo a partir de ahí empieza a buscar los materiales postal-filatélicos que entiendas como los más adecuados para expresar, a través de ellos y sólo con ellos, el asunto que elegiste. Ah, y no gastes dinero sino en aquellas piezas que necesites. Porque, ¿de qué te vale comprar cosas que luego no podrás utilizar?

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