La filatelia y la niñez


Apenas el niño llega a una edad en que comienza a interesarse por algo más que los juegos, no falta algún familiar que, siendo filatelista, decida que debe de seguir su ejemplo coleccionando estampillas. Y sin más ni más, le obsequia un álbum de sellos postales, un lote de estampillas mundiales y algunos elementos de mucha utilidad para el arte de coleccionarlas. El pariente al efectuar el obsequio, sostiene ante los padres que le preguntan extrañados la razón de ese regalo tan singular, que la filatelia es un elemento de cultura. Que el niño aprende mediante ella geografía, historia y otra serie de materias que le son necesarias para sus estudios posteriores. 
Niños coleccionista de un colegio cubano

Si bien lo que se dice es cierto, creo que quien procede, lo hace erróneamente; pues el filatelista nace, no se hace. Es lo mismo que pretender que todos los niños sean futuros médicos, abogados o ingenieros, sin tener en cuenta sus inclinaciones. Sabemos positivamente que la filatelia sirve para enseñar o mejor dicho para dotar de una cultura preescolar complementaria de la que el estudio brinda. Pero de allí, a querer que todos los niños coleccionen sellos o se transformen en filatelistas en potencia es bastante difícil. 

No hay que pretender hacer del que ha nacido para artista, un hombre de ciencia o viceversa. Repito, el filatelista es como el artista que nace. Su inclinación por los sellos se manifestará en él sin que nadie lo incite. Le bastará ver una colección para que nazca en él, de inmediato, el deseo de tener otra igual. La filatelia ha llegado a ser un arte científico y no podrá ser filatelista quien no tenga predisposición para ello. Dejen que el niño coleccione sellos si esa es su inclinación, pero no pretendan nunca obligarlo a que cultive la filatelia si ésta no le agrada. Es muy posible que se haga de él, no un filatelista, sino un simple acumulador de figuritas. 

Al niño se le puede introducir a la filatelia preparando una colección particular de alguna o varias clases. Usándose en cada caso, una colección diferente para cada materia. En las colecciones temáticas o por imagen no hay límite. Pueden coleccionarse flores, mapas, reyes, navegantes, poetas, filósofos, ejemplares de la fauna: pájaros, peces, mamíferos, insectos, etcétera. Algo muy importante, es que los niños cuando coleccionan por la imagen, esto los aleja de la preocupación económica y mercantil, que tanto perjudica a la filatelia. Se colecciona pura y exclusivamente por el placer que la colección proporciona. Luego la misión, en cada caso, agregar entre las hojas del álbum una explicación detallada de cada uno de los ejemplares que se encuentran en la misma. Si se tratara de personajes, una corta biografía de los mismos, si fueran animales una pequeña explicación de la especie a que pertenecen, lugares que habitan. Los mapas se dividirán por países, exponiendo en cada caso, en la parte superior de la hoja del álbum de datos históricos del país adonde están situados. Estos datos podrían ser: ubicación, extensión, población, capital y forma de gobierno. 

Esta enseñanza de la filatelia en esta forma, tiene que dar sus frutos entre los niños, pues se haría en forma clara y entretenida y despertaría en ellos el deseo de hacer su propia colección. Esta es la manera en que un niño puede ir adquiriendo poco a poco y sin mucho esfuerzo, el conocimiento filatelico que le será de mucha ayuda en el futuro. 

Para terminar diré que la filatelia en la niñez reúne un encanto especial. Enseña al niño la práctica del orden, el reconocimiento de lo importante. Inculca el sentido de la perseverancia y de la superación, ya que si siente real inclinación a la misma, tratará por todos los medios a su alcance de superar a los otros niños en sus conocimientos y de conseguir reunir una colección más completa. En pocas palabras: servirá para encaminarlo por el sendero de las virtudes y nunca le ocasionará mal alguno. 


1 comentario:

Jordi Quintana Compte dijo...

Completamente de acuerdo. Es como una vocación sin edad para florecer. Un saludo y gracias por los instantes de lectura.