Artículo ©Jordi Quintana
La iniciación al mundo de la filatelia suele ser un camino ilusionante y que muchas veces no se sabe hasta dónde te va a llevar ni el recorrido que se va a tener en él. Y también está plagado de tópicos tales como iniciarse es muy sencillo, la filatelia no tiene por qué ser una actividad costosa, la temática iniciática suele ser a base de series básicas de sellos muy baratas ... pero lo cierto es que situarse cerca de la cima del coleccionismo filatélico (y temático) requiere la alienación de una serie de astros.
Sin duda está la pasión y la ilusión, algo que necesita algo más que aprendizaje; utilizando la analogía en el caso de aquellas personas que consagran su vida a la religión, es algo que requiere vocación. Se necesita pasión por la temática a desarrollar, de modo que muchas veces no se requiere profundizar demasiado en el conocimiento temático ya que forma parte del propio ser, siendo la filatelia el canal por donde se vehiculiza esta pasión. Se requieren profundos conocimientos filatélicos, que esos sí que se suelen tener que adquirir con el estudio y la experiencia. Se requiere buen gusto para desarrollar un plan imaginativo y cautivador. Se requiere arte para diseñar un exhibit que sea atractivo. Compartiréis conmigo que algunas colecciones son arte. Suele necesitarse, y aquí estriba uno de los puntos fuertes del coleccionismo, una comunidad de apoyo con intereses comunes y sinergias que te hacen crecer como coleccionista, y que frecuentemente derivan en intangibles lazos de amistad. Y suele necesitarse también algún mentor con amplia experiencia que, desinteresadamente y haciendo gala de estos lazos, dirige tu camino. Y también se necesita de la suerte para encontrar aquellos ítems que con poca frecuencia se ponen a tu alcance.
Hasta aquí todo muy bonito y idílico. Pero lo cierto es que también se requiere un buen presupuesto porque el mercado filatélico se rige por la oferta y la demanda: las cosas valen lo que alguien está dispuesto a pagar por ellas y cruza los dedos por no entrar a duelo fratricida con alguien en una subasta. Hasta hace pocos días no tuve conciencia de la dimensión del mercado filatélico: en una entrevista a una conocida casa de subastas barcelonesa, cifraba su volumen de negocio en unos 5 millones de euros en tiempos de crisis y en 6-7 millones de euros en años de bonanza económica. Olvidé, adrede, mencionar en el anterior párrafo que para lograr la excelencia también se requiere la condición y rareza de las piezas de la colección. Permitidme una analogía muy propia de mí temática, el ciclismo. Nadie puede aspirar a ganar el Tour de Francia si no es bueno en todos los aspectos de la competición: bueno en el llano, en la montaña, en las contrarrelojes, arropado por un buen equipo y acompañado por la suerte. Y la condición y rareza suele tener su precio. Y no cumplirla (dígase las famosas pájaras de Perico Delgado en ciertas etapas de montaña) arruinan tu propósito.
Abordo esta cuestión porque precisamente en mi temática (la bicicleta y el ciclismo) han aparecido recientemente algunas transacciones de las que se requiere tener la vida solucionada al nacer y vivirla aristocráticamente, por decirlo de alguna manera. Y eso no suele suceder. La gente normal tenemos una vida normal con nuestras obligaciones y personitas a las cuales nos debemos y solemos tener la necesidad de echar el freno a nuestra ilusión por tener ese efecto filatélico por el que no dormimos. Mejor eso que dejarse llevar por la impulsividad enfermiza que puede poner en peligro tu modus vivendi. Entre lo que se quisiera comprar y lo que se puede comprar es algo que no se suele plantear en público, pero que está ahí, como el angelito y el diablillo que intentan sacarte o llevarte de nuevo a la buena senda.
Aprovechando que aquí en el blog de La Lupa en alguna ocasión se ha comentado la subasta de alguna pieza excepcional (
aquí) me gustaría mostrar algunas que han aparecido recientemente y algunas que, no por pasadas, merecen ser mencionadas y, de paso, difundir y comentar algunos aspectos de mi temática, que no por temáticos no dejan de serlo también de historia postal.
Curiosamente la mayoría de objetos que comentaré no aparecen en los catálogos ya que la mayoría pertenecen a la categoría de correos privados o locales, compañías de distribución de correspondencia que complementaban, suplían o convivían con el correo oficial, el que si aparece en los catálogos. Suele ser por este carácter local que pocos ítems han llegado a nuestros días, descompensando la demanda y la oferta.
Lo que me movió a plantear este artículo fue esta subasta que tuvo lugar en Hong-Kong a principios de 2018, con unos lotes con sobres circulados de sellos locales chinos de distribución postal en bicicleta y con un montón de chinos recién llegados a la opulencia económica. Se trataban de unos sobres inauditos en el mundo occidental de la ciclofilatelia, de los cuales sólo se conocían algunas viñetas sueltas (100 US$ aprox/u). Los 3 lotes pertenecían a la colección Manhattan (desconozco más detalles) y se corresponden a la zona liberada de las áreas de Yili - Tahcheng - Altay Area (Eastern Turkistan Republic) en Singkinag en los años 1949-50. El precio de salida para este sobre abierto y franqueado por ambos costados se multiplicó por 30, alcanzando los 42.000 euros.
La descripción del lote era: Sinkiang Liberated Areas Yili - Tahcheng - Altay Area (Eastern Turkistan Republic)
Woodblock Stamps: 1950 (17 May) opened out-envelope double registered to Tihwa bearing $100 pair, $200 single and pair and $500 pairs (2), one tête-bêche; all neatly tied by Kuldja double-ring Uyhgur c.d.s. with manuscript date, a superb strike of the boxed registered handstamp and Tihwa arrival (3.4). Pays the correct rate of $1000 postage and $6000 for double registration. A magnificent and stunning cover, the only example of the tête-bêche pair on cover.
Los otros dos lotes alcanzaron precios de 11.000 y 12.000 euros.
Si los lotes anteriores hicieron plantearme la escritura de este artículo, fue otro lote en una conocida casa de subastas alemana la que hizo decidirme. En la Primera Guerra Mundial el papel de la bicicleta se planteó como importante y estratégico ya que suplía a los batallones de caballería, sin necesidad de alimentar y cuidar a los animales, en unos ejércitos arcaicos y con una concepción aún napoleónica del campo de batalla. Y fue así hasta que la guerra se enquistó y derivó hacia una guerra de trincheras y de destrucción total durante largo tiempo, que permitió el desarrollo de nuevo armamento como la aviación o los carros de combate. En la Segunda Guerra Mundial ya no había lugar estratégico para la bicicleta en los ejércitos modernizados. Sin embargo su papel no fue anecdótico, jugando un papel importante en la comunicación entre líneas y en desplegamientos rápidos de tropas, como bien reflejan algunas emisiones conmemorativas del desembarco de Normadía. Quien más partido sacó de ello fue el ejército alemán. Una importante colección de historia postal de estas compañías ciclistas alemanas ha salido a subasta, con una valoración para la colección estimado en unos 35-40.000 euros, siendo el precio de partida de 4.000 euros y no habiendo concluido aún la subasta en el momento de la escritura del artículo. Una bonita y detallada historia postal de como las tropas y los batallones ciclistas alemanes se movieron por el territorio y, supongo ya que sólo conozco la colección parcialmente y en la cuna no aprendí el alemán, como se fueron replegando. Y una bonita historia también para aquellos "verdaderos filatelistas" que aún no le prestan la suficiente atención a la Filatelia Temática.
Una de las series más valoradas es la del sitio de la ciudad sudafricana de Mafeking durante la II Guerra de los Boers (1899-1902). Y lo es porque constituye el punto de partida para dos grandes temáticas, como son la del escoutismo y la ciclofilatelia. Los Boers asediaban la ciudad defendida por un aún incognito coronel Baden Powell. Baden Powell ideó una conexión postal que burlaba las líneas enemigas mediante el uso de burros y sellos sobreimpresos con "sitio de Mafeking". Pero el sitio se alargó, los burros fueron necesarios para la alimentación de los asediados y el stock de sellos disponible se agotó. Baden Powell tuvo que replantear la distribución postal mediante el uso de bicicletas y una serie de dos valores impresa con los medios rudimentarios de los que disponía. Esta es la serie a la que antes me refería y que muestran al Sargento Goodyear y a un cadete en bicicleta. El sitio acabó con el auxilio de los sitiados por parte de tropas recién llegadas y Baden Powell se convirtió en héroe nacional por su resistencia. La experiencia con la organización de los cadetes en la distribución postal le inspiró más adelante la concepción del movimiento Scout. Si bien esta serie no es barata, su precio está relativamente estabilizado. Lo que son raros son los sobres circulados que sólo aparecen muy ocasionalmente. Por ejemplo, este sobre conteniendo ambos sellos multiplicó por 10 su precio de salida (700 euros) llegando a los 7.500 euros.
Uno de los conjuntos de piezas más valoradas en la ciclofilatélia son los de Barcelona Postal Express. Para quien no conozca estas piezas, Barcelona Postal Express fue una empresa privada de reparto que operó en la ciudad de Barcelona a principios del S.XX. Su peculiaridad es que repartía paquetes, cartas y recados mediante repartidores en bicicleta, los cuales conseguían llegar a su destino con gran celeridad, por lo que el servicio era muy apreciado por los ciudadanos. Como lo fueron también las viñetas de actrices de teatro con las que se franqueaban sus repartos. Y también para los filatélicos sus diversas marcas postales, una de las cuales muestra a un ciclista en plena actividad. Este material jamás fue considerado y no era infrecuente encontrarlo en los mercadillos de postales, pero no por su "anecdótica" presencia en las postales, sinó por las ilustraciones propias de la postal. Hace unas décadas los coleccionistas hicieron un "click" respecto a estos items y su precio empezó a crecer exponencialmente a medida que se constataba su rareza y se iba apreciando como activo de la historia postal. Hace pocos años hubo una subasta exclusiva de este tipo de postales y viñetas, y la pugna entre coleccionistas nacionales e internacionales fue considerable. Y hace pocos meses tuve la oportunidad de mediar en la venta de su objeto estrella, la única hoja entera de viñetas conocida que también ilustra el catálogo Filabo. Y por delante mio pasó el objeto al cual tuve que renunciar precisamente por no llevar una vida aristocrática. La intención inicial del propietario era venderlo por unos 18.000 euros. Las tarjetas postales y las viñetas, cuando ocasionalmente estan en el mercado, digamos que alcanzan precios de iphone ... y lo digo desde la paradoja de tener que atender la ilusión de los hijos adolescentes o destinar el presupuesto a lo que no deja de ser un simple trozo de papel.
Para leer más, ayudé a mi amigo ciclofilatelista Arnoldt Rhem a confeccionar este artículo -> aquí.
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Fragmento del catálogo FILABO donde aparece dicha hoja entera. |
A finales del S.XIX en zonas remotas y deserticas del Oeste de Australia se empezó a descubrir oro. La gente se desplazó a esas zonas en busca de oro creando asentamientos en los cuales el gobierno no tuvo tiempo de prestar los servicios básicos, el servicio de correos entre ellos. Es por eso que autorizó a algunas compañías a prestar el servicio hasta la primera oficina postal disponible. Como era un terreno desertico, se importaron camellos de Arabia para los desplazamientos. En esos años apareció un invento fantástico llamado bicicleta, al que no había de alimentar, dar de beber y cuidar como a los camellos. Algunas compañías mantuvieron a los camellos y otras optaron por la bicicleta. Y lo curioso es que se creó una bonita sinergia entre camellos y bicicletas: las pisadas de los camellos cohesionaba el terreno, haciendolo mucho más ciclable para los ciclistas, que cumplían con su tarea de una manera más eficiente. Sólo dos compañías con distrubción en bicicletas emitieron viñetas con las que franquear la correspondencia que distribuían: la Lake Lefroy Cycle Co, con una emisión mostrando a un cisne (símbolo de la región) y la Coolgardie Cycle Co., que emitió inicialmente una serie de dos valores mostrando una bicicleta y una segunda emisión de 3 valores donde evocaba a su historia mostrando a los camellos (500-1.000 euros la serie).
El sello de Lake Lefroy suele estar entre 1.500-2.000 US$. Sin embargo, el único tête-beche de Lake Lefroy alcanzó los 13.500 euros en 2004. Para Coolgardie Cycle Mail, la hoja entera de la primera emisión aparece en ebay a unos 3.500 euros y los sellos en carta alcanzan los 1.600 euros.
Para quien quiera información adicional
-> aquí.
Y -> aquí una bonita hoja de comic explicando la historia de Coolgardies Cyle Mail Company.
En fin, a modo de conclusión… yo me apunto a la primera exposición virtual donde no necesariamente tenga que ser el material del propio autor.
Sobre aristocracia y precios y ofertas y demandas habría mucho que hablar. Y no me refiero al mundo filatélico, tengo alumnos becados que vienen a clase con iPhone de mil euros, y nadie los llamaría aristócratas. Creo que hay varios niveles de adquisición de piezas. Hasta 100€ suele ser posible en colecciones hasta Vermeil. Para el oro habrá que añadir un 0 en piezas que puedan llegar a ser únicas, o bien que uno diga ¡vaya piezón! En estos casos una economía media se puede permitir una de esas piezas al año. Otra cosa cuando subimos de los cinco, seis y más miles de euros, ahí estará la barrera que lleva a los Grandes Oros FIP, donde además son contadas las ocasiones de dar con esas joyas. Y como siempre ley de la oferta y la demanda, lo mejor es pasar desapercibido y no dar importancia a algo que nos interesa e igual nos lo llevamos a buen precio, aunque con Internet todo el mundo está "al loro" de las subastas. Y por último: hay un montón de puntos que conseguir con lo que no vale dinero, la imaginación, un buen desarrollo, un buen conocimiento filatélico y temático, etc.
ResponderEliminar¡Excelente artículo! Yo no habría podido expresarlo mejor. Todo el conocimiento, toda la imaginación, el arte, la pasión, el amor que se le dedique a una colección vale poco a ciertos niveles. Lo cierto es que si no tienes un buen número de piezas excepcionales, únicas o raras, que valen más de lo que puede el bolsillo de un asalariado promedio, no podrás aspirar al oro. ¿Y cómo no sentirse frustrado, especialmente el filatelista temático novel, si sabe que tiene perdida la partida antes de comenzarla? La filatelia ES o se ha convertido en un pasatiempo aristocrático desde el momento en que solo quien tiene muchísimo dinero y suerte, puede aspirar a un oro grande o a un oro FIP. Hay algo que nadie menciona y es el tiempo: el hecho de que la mayoría de los filatelistas tengan 20, 30, 40 años o más de coleccionismo también pone en desventaja al que se inicia o lleva pocos años en la filatelia temática. Las buenas piezas hoy no valen lo que valían 30 años atrás ni el poder adquisitivo del dinero era el mismo. ¿Será esa una de las razones por las que hay tan pocas mujeres filatelistas? ¿Porque una madre pensará primero en los hijos que en unos papelitos? Y lo digo yo que estoy fascinada con la filatelia temática. Jamás me habría podido dedicar de lleno a ella en los años de crianza. Aún ahora, es difícil mantener la cordura y no dejarse llevar por el entusiasmo ante una pieza que nos hace agua la boca cuando la vejez (y sus costos) están a la vuelta de la esquina.
ResponderEliminarFelicito a Jordi por tocar un tema sensible que seguramente dará oportunidad a los colegas de expresar distintos puntos de vista.
Gracias.
ResponderEliminarAlgunos comentarios adicionales al articulo y a los comentarios.
- Escribí el articulo a botepronto y los casos que menciono son los primeros que me vinieron a la cabeza, pero podria seguir poniendo ejemplos de mi temática para 2 artículos más con un poco más de calma y búsqueda.
- Piniella lo ha calificado de polémico en la promoción en otras redes sociales. Nada más lejos de mi intención. Pretendía estar más en el plano de lo anecdótico ya que no me atormento con ese tipo de piezas y conozco mi límite. Y como lo tengo asumido, básicamente monto las colecciones para mi disfrute y para el disfrute de los otros y para la difusión de mi temática. La puntuación no me preocupa en exceso salvo que es el reflejo de la opinión que tienen los otros de tu trabajo y de si estas en el mejor de los caminos. Y todo eso no va reñido con que dentro de las posibilidades de cada cual se vayan mejorando las piezas de tu colección y mejorando y actualizando el exhibit.
- Marcela apeló a que también en la filatelia se reflejan las injusticias del mundo en que vivimos. Su comentario sobre el papel de la Mujer en la filatelia es muy acertado y valorado. La filatelia no deja ser reflejo de esos micromachismos en los que caemos inconscientemente incluso los que intentamos vivir armónica y coherentemente en esta vida, con nuestro entorno y con los que nos rodean. Pronto será el Dia Mundial de la Mujer (8 de Marzo) y le lanzo el guante a que escriba algo al respecto y que sirva de reflexión. O que Piniella le pida algo específico a María Teresa Miralles o a cualquier otra mujer. De entrada se me ocurre la descripción de como se vive la filatelia siendo mujer o un análisis de los palmarés internacionales o el español (está disponible en la web de FESOFI) para intentar analizar que porcentaje de mujeres hay y en que grado de excelencia están. Mucho me temo que habrá muy pocas pero estaran en el tramo alto del palmarés, como suele pasar en otros planos de la sociedad.
- Y algo similar opino respecto a las injusticias que se plantean de entrada sólo por el anecdótico lugar de nacimiento. Salvo aristocráticas excepciones, mi admiración a los temáticos hispanoamericanos. Sin duda no es lo mismo ser profesor infantil y ser aficionado a la filatélia temática en Cuba que en Finlandia.
- La frase final respecto a las exposiciones virtuales era anecdótica, pero le he ido dando vueltas y no me parece tan descabellada. Vuelvo a recurrir a las comparaciones. La filatelia competitiva es como el mundial de Formula 1: sólo gana un buen piloto (no necesariamente el mejor) con un buen coche (no necesariamente el mejor). Como más optimizada sean estas dos condiciones, mejor es el resultado. Sin embargo hay otros deportes, como el ciclismo, donde la bicicleta es igual para todos y las diferencias las marcan únicamente los deportistas, no la máquina. Léase por deportistas la concepción del plan y el desarrollo y léase por máquina la condición y la rareza. Si se dispusiera de todas las piezas ilimitadas y se planteara un exhibit desde cero, igual resultaria que se hace mejor en Cuba que en Finlandia o Canadá. Porque ya lo comenté en el artículo, hay colecciones que son arte, y esa habilidad y creatividad artística no se compra.
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La polémica, Jordi, dentro de los límites del respeto y la tolerancia hacia las opiniones ajenas, no está mal; creo que ese es el sentir de Paco porque lo cierto es que también se aprende de las distintas posturas y los argumentos para sustentarlas. Dicho esto, muchas gracias por sus palabras y "lanzarme el guante" para que escriba algo sobre el papel de la mujer en la filatelia, pero en este caso le cedo la palabra a las filatelistas experimentadas (yo todavía me considero novata)porque sí me interesa saber qué piensan las mujeres del predominio del hombre en la filatelia, así como su percepción de las evaluaciones del jurado y si creen que son justas o se sienten que por el hecho de ser mujer se les juzga "diferente". En Panamá con una sola asociación que no sobrepasa los 20 miembros en todo el país, nada más somos 3 mujeres y las 3 temáticas, pero hasta el momento solo exponemos 2. Sería interesante una estadística por países (me interesa sobre todo Hispanoamérica y España)para conocer cuántas mujeres exponen competitivamente. Yo admiro mucho a doña Martha de Villarroel de Bolivia porque aunque no es temática, se interesó por aprender de temática para llevar ese conocimiento a los miembros más jóvenes de su Asociación (muy digno de elogio) y ha llegado más lejos que muchos hombres y cosechado oros a nivel FIAF y FIP en filatelia tradicional e historia postal.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de la creatividad e imaginación, sí es cierto que eso no se "compra" aunque nadie sabe a cuántos un diseñador gráfico le diagrama sus hojas. Pero me preocupa la falta de incentivos para los jóvenes que puedan interesarse en ingresar al mundo de la filatelia, sobre todo a la competitiva. Tal vez la filatelia temática "virtual" sea una posible solución. No lo sé. A mí me gusta el "papel"; en los libros y en los sellitos.
Hola
ResponderEliminarPues si, eso es lo que hay. A nivel FIP, para conseguir un oro, en temática o en cualquier otra especialidad, hay que tener piezas raras. Imagino que las cartas chinas de la época de la revolución son rarísimas, y posiblemente no se encuentren en mercadillos. Si a ello le añades la actual capacidad de los coleccionistas chinos para adquirir piezas rarísimas de su filatelia nacional, pues la conclusión es que es muy posible que nunca se pueda conseguir esos sellos. Las cartas de Mafeking con el sello del ciclista son más raras, es decir, escasas, hay menos, que las que tienen el sello de Baden-Powell. Una carta con los dos sellos es muy rara. Y así con los demás ejemplos que pones... Yo no sé nada de ciclismo, pero me sorprende que digas que todas las bicicletas son iguales. ¿Las de todos los equipos de la Vuelta son exactamente iguales? ¿O tienen pequeñas diferencias que hacen que algunas sean más efectivas? Pues en competición internacional de filatelia los mismo. No es igual competir con piezas corrientes, que con algunas piezas raras. Y desde luego, como sabe bien Marcela, los jurados tienen en cuenta lso aspectos de tratamiento de las colecciones: titulo y plan desarrollo conocimientos temátic
En las competiciones nacionales españolas,
sigo. En la Exfilnas, los jurados valoran todos y cada uno de los aspectos de las colecciones temáticas. Se aplica el mismo reglamento que en la FIP, con una puntuación inferior para el nivel de cada medalla. La rareza de las piezas es uno de los puntos a valorar, y no el único.
ResponderEliminarAsi que en muchas ocasiones los coleccionistas deben revisar los aspectos no monetarios de sus colecciones, y no fiar la mejora de su colección solamente al dinero.
Y otro punto importante, es que el coleccionista debe ser consciente del nivel de su colección.
Saludos cordiales
Estanislao Pan de Alfaro
Me parece muy interesante el artículo de Jordi, pero creo que la realidad como siempre tiene muchas caras. Por ello me reitero y personalizo. Empecé a exponer con 18 años mi colección del Descubrimiento, en 1998 obtuve ORO FIP, en 2016 me otorgaron el ORO GRANDE con 95 puntos. Calculen, son muchos años. Paciencia y coleccionismo, poco a poco. No me considero aristócrata, ni he heredado esta colección, soy profesor universitario a secas. Como dice Estanislao hay muchos puntos que una colección gana sin gastar un euro, en base a los conocimientos filatélicos o temáticos, a un buen desarrollo, a una innovación en cuanto al tratamiento de las piezas, etc.
ResponderEliminarMe reitero en que el factor tiempo es otra de las aristas en el coleccionismo filatélico. Como bien nos lo demuestras, Paco, hay que ver la cantidad de años que has estado "puliendo" tu hermosa colección hasta llevarla a un gran oro. ( De lo que sinceramente me alegro no sólo por ser de un amigo, sino por lo mucho que podemos aprender de ella). Eso es precisamente lo que algunos filatelistas que comenzamos quizás 10 años atrás no tenemos: tiempo para ver crecer nuestras colecciones. Por otra parte, todo es un equilibrio. Por mucha imaginación y creatividad, por muy buen plan, desarrollo e innovación, si no tienes piezas raras (que usualmente también son caras), jamás llegarás a un oro FIP. Como también es cierto que por muy buenas piezas que tengas, si no tienes un buen plan y un desarrollo coherente tampoco te llevará a un oro. Pero pensemos, ¿cuál de los dos casos tiene, con suficiente tiempo, mayores probabilidades de conseguir ese ansiado oro? A mi parecer, es obvio que quien invirtió esfuerzo y dineros en hacerse de esas piezas especiales, pondrá mucha atención a las recomendaciones del jurado y de sus amigos y mejorará... porque sabe que lo tiene a su alcance. Pero el que se esmere en tener un excelente plan y un desarrollo congruente, innovador, etc., si no tiene los medios para comprar esas piezas "raras" o escasas, jamás ganará oro y mejor es que lo sepa para que no se haga falsas expectativas. Es en ese sentido, creo yo, que Jordi entiende lo de la aristocracia en la filatelia. Y yo pienso como él. Es cuestión de ser realistas como dice Estanislao y saber dónde está nuestra colección. La vida no tiene nada de justa.
ResponderEliminarAclaro: me encanta mi tema, me enorgullezco de lo que he logrado en tan poco tiempo pues, aunque hablé de diez años de coleccionismo, hace 6 años no tenía idea de lo que era la temática. Sé que hay muchos coleccionistas cervantistas y con mejores piezas que las mías, pero con una colección filatélica temática a nivel competitivo sobre Cervantes, hasta el momento solo yo. Y en Filatelia Abierta, la amiga Ana Georgina Ortiz, de México. Eso se llama innovación. También sé a dónde querría llegar porque soy competitiva por naturaleza, pero también tengo puestos los pies en el suelo. El camino al oro es largo y dificultoso. Por lo mismo, también concuerdo con Jordi en que hay que buscar otros incentivos para los que vienen detrás porque ellos enfrentarán mayores dificultades que las nuestras.
ResponderEliminarMe auno a los comentarios de Marcela, es verdad, las mujeres somos poquisimas, cuando recién me inicie en la filatelia, fue hace 30 años y habían muchas mujeres de todas las edades, ahora solo somos 4 y a nivel competitivo dos en Perú, y en Lima. Si bien es cierto mi colección Pintura Cusqueña es la que sale a competir, tengo otra temática que es Mujer y Sociedad, porque también vengo de las canteras del feminismo, hace dos años, que se hizo una exposición sobre Mujeres Peruanas en la Filatelia aquí en el Callao, y desde entonces, ya no se ha podido presentar otra muestra igual o mejor que esa, pero bueno, estamos en ello. Admiro también a la Sra. Peredo de Bolivia, hasta ahora la única mujer Hispanoamericana que entra a las grandes ligas, no solamente se necesita dinero pienso yo para conseguir las grandes "piezas" y encima "raras" para agradar al jurado, se tiene que tener las ganas, el tiempo y la paciencia para poder hacer algo presentable tanto ante las exposiciones de la FIAF como de la FIP. Por ello yo ya dije hasta aquí no más en competiciones, me dedicaré más a investigar y escribir sobre Filatelia en los temas que me gustan. Dios los bendiga.
ResponderEliminarPero Teresita, no puede dejar de exhibir. Si no quiere competir la entiendo, pero usted es ejemplo para otras mujeres y niñas. Debe seguir porque es también hacer docencia. Me habría gustado conocerla. ¿Irá a Chile?
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