Artículo de ©J.P. Aguilar
Después de haber intentado ser la sede de la Copa del Mundo en 1938, 1962 y 1970, Argentina consiguió que el Congreso de la FIFA reunido en Londres en 1966, le encomendara la organización del campeonato de 1978.
Hojas recuerdo de la emisión ecuatoriana, conmemorativa
del Campeonato Mundial de Fútbol de Argentina
El 24 de marzo de 1976, dos años antes de la fecha prevista para la Copa, la Junta de Comandantes de las Fuerzas Armadas derrocó a la presidenta constitucional, Estela Martínez de Perón, e inició un gobierno de facto que, con distintos generales a la cabeza, gobernaría la Argentina hasta 1983.
El denominado por los militares Proceso de Reorganización Nacional, significó la creación de un aparato represivo que tomó presos, secuestró, torturó, asesinó y desapareció a miles de personas. Cuando la máquina del terror empezó a funcionar, la organización de la Copa del Mundo estaba ya en marcha; los militares vieron el campeonato como una oportunidad de consolidación política por medio de los éxitos deportivos, y dedicó todos sus esfuerzos, no solo a la preparación del certamen sino, sobre todo, a garantizar que el trofeo se quedara en la Argentina. Esto incluyó todos los instrumentos a disposición de un gobierno autoritario: poco antes de empezar el Campeonato, por ejemplo, un decreto prohibió que se expresaran opiniones en contra de la selección o sus integrantes.
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Las estampillas de la emisión postal ecuatoriana conmemorativa de la Copa del Mundo de 1978 |
La posibilidad de tener centros clandestinos de detención en las mismas ciudades en que se jugarían los partidos de la Copa, desató una campaña de rechazo a la dictadura argentina y de boicot al campeonato; si éste se había convertido en instrumento del gobierno de facto, participar en él era hacerle el juego a los dictadores. “No al fútbol entre campos de concentración”, era el lema escogido por el Comité Organizador del Boicot a la Copa del Mundo en Argentina, conformado en 1977 con el apoyo de Amnistía Internacional. Las reacciones de apoyo al boicot, sin embargo, no impidieron que el campeonato se realice, pero sin duda la campaña fue decisiva para que el mundo conozca lo que ocurría en Argentina.
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Una de las imágenes de la campaña para boicotear
la Copa del Mundo de 1978 |
Sin duda, la reacción más destacada que, desde el mundo del fútbol, se produjo ante la campaña de boicot, fue la decisión de Johan Cruyff, el capitán de los vice campeones de 1974, de expresar su rechazo a la situación argentina, negándose a integrar la selección holandesa.
Pero aparte de los lógicos problemas que una campaña como ésta generaban los organizadores, la realización de la Copa del Mundo en Argentina no pudo impedirse. El proceso eliminatorio se desarrolló con normalidad. Dos países sudamericanos (Brasil y Perú) y uno de Norteamérica (México), uno asiático (Irán), otro africano (Túnez) y nueve europeos (Austria, Escocia, España, Francia, Holanda, Hungría, Italia, Polonia y Suecia) clasificaron a sus selecciones para que participaran en la fase final, junto con el campeón reinante (Alemania) y el anfitrión (Argentina).
Como en el campeonato anterior, las reglas establecían una primera fase con cuatro grupos, cuyos integrantes jugaban todos contra todos; los dos primeros de cada grupo pasaban a una segunda fase, con dos grupos, en la que los ganadores debían disputar la final y los segundos tendrían que enfrentarse por el tercer puesto.
Para continuar con la ya plenamente establecida tradición de la mascota, Argentina escogió un muñeco, el Gauchito, vestido con la camiseta de la selección nacional, con un sombrero de gaucho y una fusta en la mano derecha. Esa fue la imagen que se utilizó en una de las hojas recuerdo y entres de las estampillas que el Ecuador emitió luego de terminado el campeonato, el 7 de noviembre de 1978, para conmemorar el certamen deportivo (Scott 971-973 y C627-C631).
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Las primeras emisiones argentinas por el Mundial de 1978.
A la izquierda, arriba, las dos estampillas emitidas el 14 de mayo de 1977,
en la esquina inferior izquierda, la emisión del 10 de febrero de 1978 y,
a la derecha, la estampilla y la hoja recuerdo del 4 de febrero de 1978 |
El campeonato argentino fue el primero en el que el país organizador no se limitó a hacer una emisión postal conmemorativa, sino varias, desde 1977, como preparatorias del acontecimiento.
La primera fue de dos sellos y se hizo el 14 de mayo de 1977 (Scott 1147-1148). Le siguió una estampilla y una hoja recuerdo, ambas son sobretasa, que salieron a la venta el 4 de febrero de 1978 (Scott B74 y B74a). Pocos días después, el 10 de febrero, se emitió un nuevo sello (Scott 1179) y el 8 de mayo se pusieron en circulación cinco estampillas, todas ilustradas con paisajes argentinos y el emblema del campeonato (Scott 1180-1184).
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Emisión argentina del 8 de mayo de 1978: paisajes argentinos y el emblema de la Copar de 1978 |
El 1 de junio de 1978, un partido sin goles entre Alemania y Polonia dio inicio a la Copa del Mundo. Dos días después, el 3 de junio, se emitió una serie de cuatro sellos con los cuatro grupos de selecciones que jugarían el campeonato y una hoja recuerdo (Scott 1188-1192).
En el grupo 1, Argentina se impuso a Francia y a Hungría, en ambos casos con el mismo marcador de dos goles a uno, pero cayó derrotada ante Italia que se impuso por un gol a cero, lo que la relegó al segundo lugar y le impidió jugar la siguiente fase en Buenos Aires.
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La hoja recuerdo y las estampillas con los grupos de la primera fase de la Copa de 1978, emitidas el 3 de junio de 1978 |
En la foto de la izquierda: 10 de junio de 1978: los franceses, con la camiseta a rayas verdes y blancas del Kimberley, club argentino de segunda división, se enfrenta a los húngaros.
En el mismo grupo, los franceses se enfrentaron a los húngaros el 10 de junio en Mar del Plata. En la época de la televisión en blanco y negro, la camiseta azul de los primeros se confundía con la roja de los segundos, por lo que era necesario que uno de los equipos use un uniforme alterno; se pidió a los húngaros que lo hicieran, pero los franceses entendieron lo contrario y el día del partido las dos selecciones se presentaron en el campo con camisetas blancas. El error se solucionó gracias a que el Club Atlético Kimberley prestó a los franceses sus camisetas con rayas verticales verdes y blancas, pero en dos casos el número impreso en éstas no coincidía con el dl pantalón: Rochetau jugo con la camiseta 7 el pantalón 18 y Rouyer con la 11 y el 20. Los franceses derrotaron tres por uno a los húngaros y los hinchas del Kimberley recuerdan siempre que, si bien no tienen títulos en el campeonato argentino y juegan en las divisiones inferiores, ganaron un partido de la Copa del Mundo.
Los campeones reinantes acabaron también segundos en su grupo, el 2, luego de Polonia, tras dos empates a cero goles y un apabullante triunfo por seis a cero frente a México.
También Brasil debió conformarse con un segundo lugar en el grupo 3; empató con suecos y españoles y derrotó a los austriacos, pero el gol diferencia de estos últimos los colocó a la cabeza de la serie.
Los campeones de 1978. De pie, de izquierda a derecha, Passarella, Bertoni, Olguín,
Tarantini, Kempes y Fillol; en cuclillas, Gallego, Ardiles, Luque, Ortiz y Galván
Los holandeses fueron los segundos del grupo 4, detrás de la selección peruana, con la que empató sin goles luego de imponerse a Irán (3-0) y caer ante los escoceses (3-2).
En la segunda fase, la sospecha cayó sobre el campeonato. Tras derrotar a Polonia por dos a cero y empatar sin goles con Brasil, Argentina debía derrotar a Perú para conseguir la diferencia de goles necesaria para ocupar el primer lugar de su grupo y superar a los brasileños. Como los partidos no fueron simultáneos, Argentina tenía la ventaja de jugar conociendo el resultado del partido entre Brasil y Polonia, primera sospechosa circunstancia que se sumó al triunfo de seis a cero frente a los peruanos. Se habló de sobornos y presiones; el partido, jugado el 21 de junio en Rosario, se convirtió en uno de los más cuestionados de la historia de los mundiales y permitió a los argentinos jugar la final.
A Brasil solo le quedó jugar por el tercer lugar, que consiguió tras derrotar a Italia por dos a uno, el 24 de junio, en el Monumental de Buenos Aires.
El rival de los dueños de casa fue Holanda, que consiguió su segunda final tras dejar en el camino a alemanes, austríacos e italianos.
El 25 de junio de 1978, en el Monumental de Buenos Aires, Holanda confirmó su calidad de campeón sin corona, al caer por tres goles a uno, luego de un alargue.
En la Escuela de Mecánica de la Armada, los presos de la dictadura se enteraron de la victoria de boca de sus carceleros; algunos recibieron un paseo en auto para mirar los festejos.
Luego del campeonato, Argentina hizo dos emisiones más dedicadas a la Copa de 1978: una, el 12 de agosto de ese año, consistente en cinco mini pliegos en los que, al tiempo de Conmemorar la Exposición Interamericana de Filatelia, se hacía referencia al Campeonato Mundial de Fútbol (Scott 875-879).
Los cinco mini pliegos conmemorativos del Campeonato de 1978 y de la Exposición Interamericana de Filatelia y, en la esquina inferior derecha, la hoja recuerdo que conmemora el triunfo de la selección argentina en la Copa de 1978
Menos de un mes después, el 2 de septiembre, una hoja recuerdo similar a la emitida el 3 de junio, se puso a la venta con una leyenda adicional (Argentina Campeón), que celebraba el triunfo deportivo (Scott 1193).
Los holandeses se negaron a subir a la tribuna para recibir los premios por el segundo lugar, pues no querían estrechar la mano de los dictadores; ya antes se habían sumado a las madres de los desparecidos, en su recorrido alrededor de la pirámide de la Plaza de Mayo.
La Copa se realizó y culminó conforme el deseo de los gobernantes militares; no pudieron impedir, sin embargo, que los horrores de la represión se difundieran al mismo tiempo que el triunfo argentino.
Grande Cruyff y grandes los holandeses.
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