La “ñ” que nos identifica

Artículo ©José Ivars Ivars
Con total seguridad, cuando nos iniciamos en aquello que no sabíamos que iba a ser pero que fuimos descubriendo que se iba a convertir en una pasión y una afición que nos iba a marcar como individuos, una de las primeras lecciones que tomamos, al menos el que suscribe así lo hizo, fue la de conocer y reconocer de donde venían los sellos. Una simple mirada al sello, nos tenía que valer para reconocer de que parte del mundo procedía aquel pequeño recuadro de papel que queríamos introducir en el catálogo, eso sí en su espacio correspondiente.
Países que ya no existían y que formaban parte de otros que nos eran más familiares, países exóticos muy lejanos cuya caligrafía nos llevaba de cabeza por no saber distinguirlos. Unos por su belleza y esmero en la forma de emitir sus sellos, nos eran mucho más fáciles a la hora de distinguirlos. Saber cada sello a que país correspondía, era esa asignatura primeriza para considerarte casi ya un experto en filatelia.
De entro todos los sellos, hay unos que siempre serán fácilmente reconocibles, puesto que no llevan el nombre del país de origen, pero nadie pone en duda de donde proceden, puesto que el hecho de ser la cuna de la filatelia en el mundo, les dio ese privilegio de usar en la inmensa mayoría de sus sellos, incluso hasta la actualidad, un pequeño símbolo reconocible por parte del mundo filatélico. Ese país es Inglaterra [1], la cual con simplemente poner en sus sellos la imagen en pequeño de su reina Victoria, busto que aparecería en su primer sello en 1840 y por lo tanto en el primer sello del mundo, silueta que le ha servido como icono representativo [2] que sustituye en cada sello a la nomenclatura del país.
"ñ" perforada
El Correo Español, desde el año 2015, ha tenido una brillante idea (a mi entender), al añadir en algunos, no todos, de los sellos que va emitiendo, la letra “ñ” perforada en una esquina del sello. El primer sello que salió con este detalle muy identificativo de nuestra lengua, fue la serie básica del Rey Felipe VI [3], con la que Correos se une especialmente a la Campaña que desde hace unos años se lleva a cabo sobre la “Marca España”, en la que esta peculiar letra de nuestro abecedario, con total seguridad, va a hacer lo que el busto de la Reina Victoria hizo con los sellos de Inglaterra. Ahora los nuevos filatelistas del mundo podrán distinguir los sellos españoles al visualizar en ellos este “icono” gráfico en forma de letra.

Pero, ¿cuál es el origen de esta peculiar letra que solo nosotros usamos, y que tantos quebraderos de cabeza nos da a la hora de usar las nuevas tecnologías y no encontrar en muchos casos la letra “ñ” por ninguna parte? Es complejo de explicar este origen, en cuanto que nuestro castellano procedente del latín, este no contó con la letra ñ, ni las otras lenguas sobre las que el latín fue derivando tampoco la incorporaron.
Algunos estudiosos datan de principios del Siglo XII, cuando los escribanos españoles empiezan a utilizar ese acento gráfico característico de la “ñ”, para simplificar ó sustituir las letras dobladas que algunos vocablos tenían, y que si derivaron en otras lenguas de origen latino como fue el caso de por ejemplo el sonido gn del italiano y del francés, el nh del portugués ó la ny del catalán.

En el Siglo IX, los que se dedicaron a copiar manuscritos ó recopilar la información escrita de la época, tenían 3 formas de plasmar en el papel ó pergamino el sonido de la “ñ”: con una doble nn (donna: doña), con una ni (Hispania) ó con la gn (agnus: cordero). Con esto, aquellos escribanos pudieron ahorrar en tiempo y abreviar los textos que han llegado hasta nuestros días.
La reforma ortográfica que llevó a cabo el Rey Alfonso X el Sabio a finales del Siglo XIII, quien buscaba establecer las primeras normas de uso del castellano, se decantó por el uso de la “ñ” para representar ese sonido, frente a las otras opciones. Posteriormente ya durante todo el Siglo XIV, el uso de la “ñ” se fue estableciendo como norma habitual en la escritura de la época, y ya Antonio de Nebrija [4], la introdujo en la Primera Gramática del Castellano [5].
Consejo Superior de
Investigaciones Científicas
Y la pregunta que nos hacemos es sí alguna otra lengua en el mundo utiliza la “ñ” en su ortografía, ó si la han usado alguna vez, y para la respuesta hemos encontrado que, tanto el gallego como el astur ó asturiano, si la usas en su ortografía, y además lenguas indígenas como el otomí, el quechua, el mapuche ó el guaraní, entre otros, la usan sorprendentemente. Según el profesor de la Universidad de Valencia, Julio Calvo Pérez [6] “….las lenguas que tenían estos sonidos fuertes, tomaron el grafía ñ del castellano….”. No deja de ser relevante que estas culturas si introdujesen la “ñ” en sus grafías pero en cambio, en pleno Siglo de las Nuevas Tecnologías, la letra “ñ”, siga resistiéndose al mundo de Internet.
Sea como fuese, ahora los filatelistas temáticos, ya tienen una nueva matización filatélica en los sellos españoles. Algunos sellos con total seguridad se incorporaran a muchas colecciones temáticas por el mero hecho de tener esta letra impresa ó en relieve, como signo representativo de “Marca España”, pero ya hemos visto que si profundizamos en la historia de la letra, ella misma nos lleva por varias épocas históricas que merecen ser tenidas en cuenta.


Notas

  1. Tanto de Inglaterra como de todas sus colonias, mientras las tuvo.
  2. Cuando se decidió el diseño del Primer Sello del Mundo, se omitió la palabra Inglaterra porque se entendió que el busto de la Reina Victoria, soberana por aquel entonces de medio mundo, bastaba para identificar la procedencia del sello. Esto ha perdurado hasta la actualidad.
  3. Emisión de fecha 19 de enero de 2015, compuesta por 6 sellos, 5 de ellos impresos por el sistema Offset, con valores de 0,01 €, 0,04 €, 0,10 €, 1 € y 2 €, y el último realizado en Calcografía, además de una mayor tamaño que los anteriores y un valor facial de 5 €.
  4. Antonio de Nebrija, cuyo nombre fue Elio Antonio Martínez de Cala y Xarava (Nebrija. Sevilla 1441-Alcalá de Henares 1522), fue un humanista español de gran prestigio en su época. 
  5. La Primera Gramática del Castellano se publicó el 18 de agosto de 1492, obra de Antonio de Nebrija, y se trata de una obra en la que se hace el primer estudio sobre el Castellano y se establecen las primeras normas ortográficas.
  6. Julio Calvo Pérez es un lingüista de la Universidad de Valencia, especialista en la lengua Quechua y otras lenguas la América colombina.

4 comentarios:

Jordi Quintana Compte dijo...

Para saber más del tema:

https://verne.elpais.com/verne/2017/09/15/articulo/1505487918_192223.amp.html

Evaristo dijo...

Hola:

Interesante artículo que demuestra, una vez más, que, por un lado, la filatelia es cultura y,
por otro, que es una ciencia auxiliar de la historia.

Por aquello de precisar, diré que los primeros sellos que salieron con la "ñ" fueron los dos sellos de Turismo que se emitieron el 2 de enero del año 2015.

Y, que yo sepa, después de estos, todos los sellos que se han emitido hasta el presente la llevan de forma impresa o perforada.

Saludos.

IFAC FILATELICO dijo...

Evaristo Alfaro Gómez.
Muchas gracias por la precisión de cuando empezó a usarse la "ñ" en los sellos españoles. Es posible que se me pasase ese detalle. Me base en la información que nos da CORREOS en su web institucional.

ana dijo...


Class College Education training Beauty teaching university academy lesson  teacher master student  spa manager  skin care learn eyelash extensions tattoo spray