Artículo de © José Ivars IvarsHace mucho tiempo, en un tiempo donde no era habitual que el filatelista se fijase en el motivo del sello, ni mucho menos se plantease ser coleccionista temático, en una época en la que a la “temática” se la conocía más bien por una colección “según el motivo”, hubo un niño de corta edad, pero la suficiente para que el sello le despertase la suficiente curiosidad como para emprender algo que le era ya familiar: ser filatelista. De hecho lo era su abuelo, que en esta historia ejercerá el papel de monitor filatélico, ese profesor sin titulación, que tratará por todos los medios de inculcar un coleccionismo, que con toda seguridad al jovencito le servirá como aprendizaje.
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Varios ejemplares sin sobrecargar de la emisión para Telégrafos con el Escudo de Chile |
Y la historia nos viene a contar que por entonces, el abuelo ya era un experto filatelista, pero centrado más en lo habitual de la época: el coleccionismo por países o emisiones, y que las inquietudes del nieto se centraban más en aquellos motivos que empezaban a aparecer en los sellos y que, echando la vista atrás había descubierto unos ejemplares que llamaron su atención. Cabe decir que el joven coleccionista, estaba centrado en poder realizar una colección de “animales”, especialmente aquellos sellos que estuvieran dedicados a los que más le gustaban, los caballos.