¿Quién dijo que la filatelia estaba muerta?

1 cent de Guayana Británica de 1856 vendido en $9,5 millones de dólares por un sello

¿Quién dijo que la filatelia estaba muerta? $9,5 millones de dólares por un sello en una subasta de Sotheby. El sello de 1 centavo de Guayana, la colonia británica del siglo XIX en América del Sur, se ha convertido (una vez más) en el sello más valioso del mundo. Era la cuarta vez que el sello rompe el récord de subastas para un único sello en su larga historia. Aunque se esperaba que el sello pudiera llegar a los $10 millones incluso a los $ 20 millones, la cantidad no parece indicar que comprar o vender sellos haya dejado de ser además de afición una inversión. Sotheby dijo que el comprador pidió no ser identificado y que el precio incluye la prima del comprador. David Redden, vicepresidente de Sotheby, calificó la venta "un verdadero gran momento para el mundo del coleccionismo de sellos. Ese precio será difícil de superar, y probablemente no será superado a menos que la Guayana Británica salga a la venta en el futuro"

El trocito de papel de 1 pulgada por 1 ¼ pulgadas, no ha sido expuesto al público desde 1986 y es la única pieza que le falta a la colección privada de la Familia Real Británica. "No vas a encontrar nada más raro que esto", según Allen Kane, director del Museo Nacional Postal Smithsonian, "es un sello del mundo de los coleccionistas ha estado muriendo para ver por un largo tiempo". Otros ejemplares valiosos han sido el sello de 1855 de Suecia, que se vendió por $2.3 millones en 1996, pero este Guayana se ha comparado con la compra de la "Mona Lisa" al ser de los sellos más preciados del mundo. 

En esta imagen se ve mejor al retocar el diseño

El sello está impreso en negro sobre papel magenta, lleva la imagen de un barco de tres mástiles y el lema de la colonia, en latín: "damas petimus que vicissim". La historia de la escasez de estos sellos se debe a que realmente tenían que venir los sellos desde Londres pero se retrasaron por lo que el Jefe de Correos pidió la emisión provisional de uno sellos que se hicieron en las imprentas del diario Royal Gazette en Georgetown en la Guayana británica: tres sellos (hasta que llegó el envío de la metrópolis): a magenta de 1 centavo, un magenta 4 centavos y una azul de 4 centavos. Mientras hay varios ejemplos de los sellos de 4 centavos que han sobrevivido, del 1 centavo se sabe que solo existe ese en la actualidad. 

Su primer propietario fue un chico escocés de 12 años que vivía en América del Sur, que añadió a su colección después de encontrar entre los papeles de la familia en 1873. Pronto se vendió por unos cuantos chelines a un coleccionista local, Neil McKinnon. McKinnon lo mantuvo durante cinco años antes de venderlo a un comerciante de Liverpool, que reconoció el sello sin pretensiones como muy poco común. Él pagó ya 120 libras y rápidamente lo revendió por 150 libras al conde Philippe la Renotiere von Ferrary, uno de los mayores coleccionistas de sellos del mundo. A su muerte en 1917, legó su colección de sellos a la Museo Postal de Berlín. La colección fue posteriormente capturada por Francia durante la guerra y se vendió en una subasta. Entonces y alcanzó $35000 estábamos en el año 1922, un récord en subasta para un único sello. Arthur Hind, un magnate textil de Utica, Nueva York, fue el comprador siguiente. El siguiente propietario fue Frederick Small, un ingeniero australiano residente en Florida, que lo compró en privado de la viuda de Hind por $45000 en 1940. Treinta años más tarde, se consignó el sello a una subasta en Nueva York donde fue comprado por un consorcio de inversión por $280000, otro récord. Y en 1980, se repite la historia, cuando se vendió por $935000 a du Pont. El último propietario fue John E. du Pont, un heredero de la fortuna de Química du Pont quien estuvo envuelto en un asesinato, el dinero además irá a parar en parte a una Fundación para la conservación de la vida silvestre de Eurasia-Pacífico. 

Fuente: ABCNews


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2 comentarios:

José A. Gándara dijo...

No creo que la filatelia este muerta, pero este es un caso excepcional, no es un buen termómetro para examinar la temperatura a la que estamos. Haciendo un examen de las últimas Exfilnas vemos que se va reduciendo año tras año el número de participantes y no digamos participar en exposiciones FIP, que este es otro caso aparte, donde solo van a poder participar lo más selecto de los coleccionistas, creo que es alarmante el número de colecciones de Europa que han bajado en las ultimas mundiales.

Paco Piniella dijo...

Estoy de acuerdo contigo, si no hay relevo en las exposiciones y si no hay fomento cultural en estas, está claro que la filatelia no va bien. Ahora que aún sería peor si viésemos una desvalorización de los sellos, cosa que de momento no parece suceder como lo demuestra que casi todas las subastas venden el material que sacan a la venta al menos en un porcentaje todavía elevado.