A raíz de este comentario que hiciera mi amigo Paco en Facebook sobre la reciente exposición mundial en Praga, y por la gran cantidad de opiniones y puntos de vista que generó, considero oportuno hablar sobre el tema de una manera más formal que en las redes sociales. Creo que más de 40 acotaciones a su comentario demuestran que la gente sí reacciona y que el asunto es preocupante porque presagia un futuro bastante negativo para la filatelia temática en las competiciones internacionales.
De lo expresado en la red, destacan varios puntos: Uno, muy importante, es que hay países a los que no les interesa la filatelia temática. Cabe preguntarse: ¿Por qué? ¿Cuál es la razón o razones para vetarla? ¿Desconfianza, ignorancia, desdén? Aún no tengo clara la respuesta. Pero sí es preocupante que se pueda extender este rechazo, especialmente entre aquellos que tienen la posibilidad de realizar competiciones a nivel mundial. Lo cual nos lleva de inmediato a otra pregunta: ¿Qué están haciendo las distintas federaciones para fomentar la filatelia e inducir a esos países reacios a que acepten todas las modalidades filatélicas aprobadas por la FIP?
En América, por ejemplo, hasta el momento no hemos confontado esta situación; más bien lo contrario. Creo que no me equivoco al decir que las directivas de la FIAF se han percatado que el futuro de la filatelia descansa precisamente en la temática y en otras modalidades filatélicas más modernas que en la tradicional o la historia postal y por lo mismo, la fomentan. Recuerdo con especial admiración a Martha Villarroel de Peredo, una filatelista excepcional, ganadora de oros a nivel mundial, mujer sencilla, gentil, hermosa por dentro y por fuera, que siendo presidenta de la Federación Filatélica Boliviana, quiso asistir al II Congreso de Filatelia Temática realizado en Quito en 2015 para aprender más sobre esta modalidad a fin de transmitirles lo aprendido a sus compañeros de la federación. Que Martha, cuya especialidad es la historia postal y la filatelia tradicional, tuviera esa iniciativa dice mucho de su generosidad y amplitud de miras.
Otro punto importante extraído de los comentarios en el Facebook es que así como hay coleccionistas que se manifiestan a favor de las competiciones; otros, en cambio, solamente desean exponer por el puro placer de compartir su colección con amigos, colegas o con quienes la puedan apreciar. Lo cierto es que en todos los ámbitos, ya sea en el deporte, la literatura, el arte, etc., y por supuesto, también en la filatelia, competir es una manera de buscar el perfeccionamiento. Si no competimos, si no nos sometemos a la crítica constructiva de los expertos, léase jurados, no podremos mejorar. Solamente enfrentando el dictamen de los entendidos que se toman el trabajo de ver nuestras colecciones y ofrecen su opinión, podemos enterarnos de qué estamos haciendo bien, qué debemos mejorar, cuál es el mejor camino que nos llevará a la meta propuesta.
Ahora bien, es evidente (y legítimo, claro está) que no todos están preparados o dispuestos a enfrentar el escrutinio de sus pares. En ese caso, el que no quiere competir, que no compita. Lo que sí no entiendo es que alguien solo quiera coleccionar para sí, sin compartir con los demás lo que es su mayor orgullo, ese trabajo en el que puso tiempo, esfuerzo, investigación, conocimiento y dinero. Así como un escritor publica sus poemas para que otros disfruten sus versos y el pintor exhibe sus cuadros para deleitarnos con sus pinturas, así mismo, hemos de suponer que el filatelista expone sus colecciones para compartir con otros su obra, producto del esfuerzo y la dedicación. Como hija de su intelecto.
Luego está la tecnología que queramos o no, se nos impone día a día con mayor fuerza y en mayor extensión. Tecnología que ayuda a quienes no están en capacidad de viajar o de sufragar los costos cada vez más onerosos de estas exhibiciones competitivas. Porque las bitácoras, las páginas web, las revistas virtuales, las redes sociales, permiten tener acceso a colecciones que de otra manera nunca podríamos disfrutar o aprender de ellas. La tecnología se ha convertido en una enorme ayuda sin la cual hoy es impensable poder practicar la filatelia. Para países pequeños, tercermundistas, la tecnología es casi que el único recurso no solo para conseguir la parafernalia que rodea el coleccionismo filatélico, sino para ver y estudiar las colecciones de otros, investigar, participar en foros, compartir conocimientos, comprar, vender o intercambiar piezas e incluso, hacer amistades duraderas en todos los confines del mundo.
Pero, ojo, jamás una exposición virtual podrá reemplazar a la real. De eso no me cabe la menor duda. Porque una fotografía no es lo mismo que el objeto real, concreto. Por otro lado, para el juez que ha de juzgar la colección es impensable que pueda evaluar con la mayor imparcialidad, objetividad y rigor dicha colección a través de imágenes virtuales solamente. Necesita verla, observarla, juzgarla "in situ" con la posibilidad de acceder a las piezas como bien lo ha señalado Estanislao Pan de Alfaro, jurado español.
Para nosotros los coleccionistas, quizás el escollo mayor son los costos cada vez más exorbitantes a la hora de enviar nuestras colecciones a un concurso. No todos los países reconocen el coleccionismo filatélico como un patrimonio que hay que preservar ni mucho menos asegurar. En el caso de Panamá, por ejemplo, el que quiere participar ha de llevar su colección en mano y tal vez, la de un amigo. Ninguna empresa aseguraría en mi país una colección de "papelitos".
Claro que se entiende que en las exposiciones internacionales hay muchos gastos que sufragar, pero quizás, como lo han indicado algunos filatelistas, entre la empresa privada y las oficinas estatales (llámense ministerio, correos o ayuntamiento) que se relacionan con los bienes culturales de una nación, que conocen y comprenden la importancia de impulsar cualquier manifestación del arte y de la cultura, bien pueden sufragar si no todos los gastos, al menos buena parte de ellos incluyendo el pago de los marcos de las mejores colecciones por exhibir. Luego está el famoso Palmarés con cenas a precios prohibitivos. Muchos de estos gastos se deben y se pueden minimizar siempre y cuando haya la voluntad de buscar la forma de reducir los costos que abruman y ahuyentan al expositor.
Mi temor, y el de muchos, es que la filatelia eventualmente se circunscriba a un grupo minoritario de coleccionistas con un alto poder adquisitivo en detrimento de la gran mayoría que con mucho esfuerzo y sacrificio trata de presentar colecciones decorosas. La filatelia no es ni debe ser un pasatiempo solamente de ricos. Es triste que se le esté enfilando hacia una élite que se desentiende del resto de los coleccionistas solo porque no están a su mismo nivel económico y menos cuando estamos viviendo una época tan difícil, de tanta marginación, violencia y corrupción.
Hablar de las bondades de la filatelia como un instrumento de paz y hermandad es llover sobre mojado, pero tal vez sí sería bueno recordar que la filatelia temática abarca prácticamente todas las modalidades filatélicas y por lo mismo, es ingenuo pensar que es fácil. Como se ha repetido hasta el cansancio, la filatelia temática implica no sólo erudición, investigación, creatividad e imaginación, sino una permanente búsqueda de la excelencia. Hay que darle el justo valor que se merece. ¡Basta ya de considerarla la "cenicienta" del coleccionismo filatélico! En la era de la revolución cibernética y de la inmediatez del conocimiento cada vez es y será más difícil atraer a los jóvenes hacia la filatelia, ciencia y arte que exige disciplina, paciencia, perseverancia a través del tiempo. La filatelia temática es nuestra única esperanza, precisamente por lo que ella implica de reto para la mente joven y de accesibilidad en sus primeras etapas. Si la filatelia temática desaparece, no les quepa la menor duda de que, tarde o temprano, con ella desaparecerá la filatelia como tal.
7 comentarios:
Esforzado trabajo de síntesis.
Comparto en la totalidad tu punto de vista, salvo que probablemente los temáticos no somos el centro del mundo y que cada clase es clave para el progreso global de la Filatelia.
Sólo reiterar que los coleccionistas no pueden ser los damnificados de los grandes eventos.
Yo estoy muy de acuerdo en lo que ha dicho Marcela, también con la matización que ha hecho Jordi. Solo sintetizaría algunas cuestiones como propuestas de crítica constructiva:
- La Filatelia tiende a una élite económica, se deben favorecer medidas que popularicen la misma.
- El fomento de la filatelia juvenil se debe combinar con el de noveles adultos.
- Los costes por cuadro que pagan los coleccionistas por exponer deberían ser simbólicos.
- Hay gastos superfluos en la organización de las grandes exposiciones que se podrían reducir.
Hola Marcela tus alumnos deben estar encantados por forma de explicar los asuntos más complicados.
uno de los gastos más excesivos son las cenas de palmarés. Unos cuantos paganos invitan a otros que van gratis. Yo estoy en los dos grupos. Unas pagó y otras me invitan. Gratis no, porque el trabajo y esfuerzo de un comisario buscando,transportando y responsabilizandose de algunas colecciones se debe compensar. Sin embargo en mayo pasado hubo en Evora (Portugal) una exposicion internacional scout. La cena la organizaron los scouts, con el esfuerzo de sus familias, y un menu de platos muy sencillos. Cada asistente aporto 15€. Quizas sea demasiado austero pero pienso que sería mejor que 100$ en un sitio espectacular con un tercio de losasistdntes invitados y una cena escasa con gran cabreo de los paganos...
Estanislao
Pues ahí está...
Algunos apuntes a lo que comenta Estanislao...
-Las cosas se pueden hacer diferentes aplicando el sentido comúm, la imaginación y optimizando los procesos.
- Defiendo el protagonismo de los coleccionistas, pero sin duda los implicados (de base) en la organización también deben ser dignos de mención ya que poca recompensa recibirán a una actividad que sin duda puede cualificarse de dinaminizadora y altruista.
-Pero lo que más me ha conmovido de su comentario es la congruencia y coherencia de quien vive la vida con principios y los aplica a todos los ámbitos, filatelia incluida. Y es que el gran gancho y valor de la Temática es la capacidad de ser una extensión de las cosas que nos dan sentido a la vida o que nos apasionan. Y ese es el gran activo de la Temática. Cada cual sabe sus razones y motivaciones para hacer su temática, pero sin duda las tiene.
Gracias por el Articulo Marcela, espero sea leído por muchas personas que hoy por hoy mueven los hilos de la Filatelia.
Saludos
Muchas gracias a todos los que han comentado mi artículo y espero que me disculpen por la tardanza en agradecer. En estos momentos me siento completamente anonadada con el fallecimiento de Paco, a quien tanto le debemos los filatelistas hispanoamericanos. Creo que su disposición a ayudar a quien lo necesitara incluso sufragando muchas veces sus gastos, su conocimiento, su humildad al reconocer que de todos se puede aprender, y sobre todo, su generosidad en la amistad, son enseñanzas que perdurarán en nosotros.
Solo para aclarar un punto. En filatelia todas las modalidades son importantes, sin duda. Pero aparte de que el título de mi artículo hace referencia solamente a una modalidad, en Praga la temática--entre otras--quedó por fuera. De ahí que centrara mis palabras en la filatélica temática, sin referirme a las demás.
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