Artículo ©Marcela Díaz-Cabal
En su interesante artículo "Cambios en los Reglamentos de las Exfilnas en España" publicado en el blog La Lupa, Estanislao Pan de Alfaro, presidente de la Comisión Temática de FESOFI, nos informa de dos novedades en cuanto al reglamento de inscripción de las colecciones participantes para la Exposición Filatélica Nacional- EXFILNA 2017- que se llevará a cabo en Portugalete (Vizcaya-Bizkaia) del 9 al 15 de octubre de 2017. Una de estas innovaciones es que el expositor deberá adjuntar obligatoriamente, además de la hoja de presentación de la colección por inscribir, un informe señalando las modificaciones realizadas desde su última presentación, así como las indicaciones que hubiera recibido del Comité de Expertos si fuera el caso.
El otro cambio importante es la recomendación de que el expositor envíe, con suficiente antelación, la colección completa digitalizada para darle oportunidad al jurado de examinarla con mayor detenimiento antes de iniciarse la exposición. Estas dos nuevas reglas suponen un paso importante que bien podemos imitar en América porque las modificaciones en el reglamento deberán disminuir los riesgos de evaluaciones a la ligera, debatibles o dudosas.
Precisamente, en un artículo anterior mío publicado también en el blog La Lupa, manifestaba que uno de los aspectos esenciales para el mejoramiento de una colección era la crítica constructiva del jurado. Y subrayaba la necesidad de revisar los reglamentos sobre todo en aquellos casos en que una colección ya madura, fogueada internacionalmente, ganadora de oro en su especialidad, en una subsiguiente exhibición la rebajaran tanto de categoría como para eliminarle sus medallas. Algo a mi juicio, inaudito, que sucedió precisamente en la mundial de NEW YORK en el 2016 y que nos llamó poderosamente la atención a muchos filatelistas por dos razones fundamentales: por la humillante situación en la que quedaban los jurados que anteriormente habían juzgado las colecciones como merecedoras de una determinada categoría de medalla frente al nuevo jurado que las rebajaba a tal grado que las despojaba de sus ya ganadas preseas. Esto tiene que haber planteado de inmediato serios cuestionamientos sobre la idoneidad de los jurados porque si algo así era posible a los más altos niveles, qué no habría de esperarse en las exposiciones regionales, nacionales, etc.
Como ser humano nadie está exento del error no importa a qué actividad se dedique; esto se reconoce y se acepta. Pero sí se deben establecer los mecanismos que permitan minimizarlos. Además, aunque la parte subjetiva siempre estará presente en nuestros actos y los jurados no escapan de esto, la formación ética que todo evaluador debe tener, ha de llevarlo a que esa subjetividad sea la menor posible en sus evaluaciones. De ahí los reglamentos y su importancia.
Más humillante aún tuvo que ser para los expositores involucrados en la EXPO NUEVA YORK no sólo por bochornosa y ante la faz del mundo, sino por inesperada. Así no se ganan adeptos para una filatelia competitiva que se revela, cada vez más, descarnadamente elitista. Es de suponer que cuando un expositor decide concursar su colección nuevamente, es porque sabe que la ha mejorado o cuando menos, intenta validar su palmarés. Nadie en su sano juicio concursa otra vez su colección, especialmente si ya es ganadora de oro, para que la demeriten. Lo acaecido en Nueva York tiene, por fuerza, que haber hecho reflexionar a las federaciones y asociaciones filatélicas del mundo entero para evitar que algo así se vuelva a repetir.
... el Jurado
Por otro lado, conscientes del poco tiempo que el jurado tiene para evaluar cientos de colecciones, se hacía necesario buscar el mecanismo que les facilitara el trabajo y les proporcionara no solo más tiempo, sino que les allanara el camino enfocándolos en los aspectos mejorados, sustituidos, ampliados, etc. De ahí que me parezca una feliz idea la de los organizadores de este campeonato nacional de España el exigir que el concursante presente un informe que recoja las modificaciones realizadas a su “exhibit” desde su última presentación, y si es pertinente, las modificaciones sugeridas por el jurado calificador anterior. De no presentarse dicho informe, el Comité supondrá que no se han realizado variaciones desde la exposición anterior, lo cual expondría al coleccionista a un retroceso, pero esta vez con conocimiento de causa. Como bien apunta Estanislao Pan de Alfaro “colección que no avanza, retrocede”.
Pero lo que a mi juicio es lo más valioso del artículo de Pan de Alfaro es que como corolario, al final nos regala un posible modelo de informe que ya sea o no el modelo que se utilice oficialmente en las exposiciones filatélicas de aquí en adelante, se trata de una excelente guía. Por lo pronto, yo ya la estoy utilizando en mi propia colección y la añadiré en el próximo concurso en el que participe la pida o no el jurado. Esta guía tan completa no solo facilita la labor de los jurados, sino que le permite al coleccionista registrar el avance de su colección en cada exposición y mantenerla vigente. Muchas gracias, Estanislao.
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