El 13 de junio de 1928, Uruguay se impuso a la Argentina por dos goles a uno y obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Amsterdam; pocos días antes, el 26 de mayo, se había decidido en esa misma ciudad el futuro de las competencias futbolísticas por selecciones. Las Olimpiadas de 1932 debían realizarse en Los Ángeles, pero el fútbol no había sido incluido en la lista preliminar de deportes aceptados para las mismas. La disputa entre la FIFA y el Comité Olímpico dio como resultado la decisión de la primera de organizar, fuera de los Juegos Olímpicos, un campeonato mundial de fútbol en el que se admitiría la presencia de jugadores profesionales.
Arriba, derecha: Estampilla conmemorativa de la primera Copa del Mundo, emitida por Uruguay en 1984. Las fechas que constan al pie del afiche son las mismas que estuvieron en el original, aunque el campeonato, en realidad, se realizó entre el 13 y el 30 de julio de 1930.
Para la elección de la sede presentaron su candidatura Uruguay, y cinco países europeos (España, Holanda, Hungría, Italia y Suecia), El presidente de la FIAF, Jules Rimet (1873-1956), prefería al país sudamericano, doble campeón olímpico, dispuesto a construir un estadio para la competencia y a pagar los gastos de las delegaciones participantes. La candidatura de Italia fue apoyada por los otros países europeos, que retiraron la suya, pero eso no fue suficiente para vencer a la uruguaya; Italia se retiró y Uruguay fue elegido unánimemente como sede de la primera Copa del Mundo por el Congreso de la FIFA, reunido en Barcelona en 1929. Fue este el único campeonato mundial en el que las selecciones participaron por invitación y no luego de una etapa eliminatoria. la molestia que entre los europeos había producido la elección de la sede se puso de manifiesto con la no aceptación de las invitaciones. Luego de la presión ejercida por Jules Rimet y por el vicepresidente de la FIFA, Rudolf Seedrayers, se consiguió la participación de Bélgica, Francia, Rumania y Yugoslavia. En el caso de Rumania, el propio rey Carol II atendió el pedido de Rimet y formó una selección, tras elegir personalmente a los jugadores de una empresa petrolera rumana.
Junto con las selecciones de los cuatro países europeos, asistieron a la competencia nueva de América: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Estados Unidos, México, Paraguay, Perú y Uruguay. El 5 de julio de 1930, Jules Rimet entregó a Raúl Jude, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, el trofeo para el campeón, diseñado por el escultor francés Abel Lafleur y llamado inicialmente Diosa de la Victoria. el 13 de julio, Francia y México, y Estados Unidos y Bélgica, jugaron a la misma hora, las tres de la tarde en Montevideo, los dos primeros partidos.
Uruguay, que celebraba en 1930 el centenario de su independencia, construyó en tiempo récord (ocho meses) un estadio para que en él se disputara el torneo. Lamentablemente, el mal tiempo impidió que el Centenario, diseñado por Juan Scasso, estuviera listo para el día de la inauguración, así que los primeros partidos se realizaron en los estadios Gran Parque Central, del club Nacional, y Pocitos, de Peñarol. El campeonato arrancó con una fase en la que los equipos se dividieron en cuatro grupos (uno con cuatro equipos y los demás con tres); siguieron luego las semifinales, a las que accedieron Argentina, Estados Unidos, Uruguay y Yugoslavia y el 30 de julio se jugó en el estadio Centenario la final entre Uruguay y Argentina.
Tres matasellos promocionales del mundial de Uruguay. |
93.000 espectadores asistieron al partido. El ambiente era tan tenso, que el árbitro belga John Langenus aceptó actuar con la condición de que un barco estuviera listo, esperándole en el puerto. Las fuentes concuerdan en que ambos equipos llevaron sus propios balones y querían jugar con ellos; unos dicen que al final se jugó con la pelota argentina y otros sostienen que se lo hizo solo durante el primer tiempo, porque en el segundo se utilizó la uruguaya. Uruguay, luego de un primer tiempo en el que terminó perdiendo por dos a uno, se impuso con el marcador final de cuatro a dos, con goles de Dorado, Cea, Iriarte y Castro; para Argentina anotaron Peucelle y Stábile, este último goleador del primer torneo mundial, en el que anotó un total de ocho goles. Este fue el único campeonato en el que no se disputó un partido por el tercer lugar, por lo que a lo largo del tiempo se han tejido diversas versiones acerca de si ese puesto corresponde a Estados Unidos o a Yugoslavia; incluso se ha llegado a decir que existe una medalla de bronce que está en poder de los yugoslavos, pero hasta la fecha no se ha comprobado su autenticidad. Desde 1986, Estados Unidos ocupa, en las estadísticas de la FIFA, el tercer puesto en el campeonato uruguayo. A diferencia de los triunfos olímpicos de 1924 y 1928, que se conmemoraron con sendas emisiones postales, el campeonato mundial de Uruguay no fue motivo para ninguna. Ni los uruguayos, ni ninguno de los países participantes, pusieron en circulación estampillas relacionadas con la primera Copa del Mundo. El país anfitrión utilizó, eso sí, matasellos promocionales con diversas leyendas. Más de cincuenta años después, el 2 de mayo de 1984, Uruguay conmemoró el campeonato de 1930 con una estampilla, en la que se reprodujo la imagen del afiche oficial de la primera Copa del Mundo (Scott 1159).
Historia de los Mundiales de fútbol por Juan Pablo Aguilar Andrade:
1 comentario:
Excelentes articulos, increible que Uruguay no emitiera sellos en el 30, me siento aludido y emocionada con la inigualable historia futbolera de mi país en esos años, saludos.
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