Artículo de ©Marcela Díaz-Cabal
No voy a hablar del cruce del Atlántico, la pérdida de la conexión con Sevilla, la larguísima espera en el aeropuerto, incomunicada y aburrida, mi caída sobre mis ya maltrechas rodillas por levantarme apurada de la silla de ruedas, mi llegada al día siguiente al hotel a las 22 horas, más muerta que viva.Tampoco hablaré de la bonita y festiva Sevilla. De las callejuelas donde no pasa un auto, pero están llenas de encanto, de los restaurantes colmados de gentes, del incesante ir y venir de los turistas, de la Giralda, la Catedral, el flamenco y los cientos de monumentos de la ciudad que no se alcanzan a visitar. Ni hablaré de las castañas en cucurucho de papel que, emocionada, compré carísimas a unos vendedores ambulantes solo por recordar mi niñez en un frío invierno madrileño y que luego, ¡oh desilusión, ya no me supieron de maravilla como entonces, pero no sabía qué hacer con ellas ni dónde guardarlas.
Marcela con Paco y Luiz Paulo, dos desaparecidos desgraciadamente y que no estarán en Sevilla |
Hablaré de aquello a lo que vine a Sevilla: la filatelia. Mi imán desde aquel día en que, diez años atrás, fui a una Feria buscando un álbum para pegar mis estampillas de Panamá.En el patio central de la Fundación Cajasol y en el Archivo de Indias se inaugurará este miércoles 31 de octubre, la EXFILNA 2018. La exposición filatélica nacional más grande de España. A eso vine: a traer, personalmente, con una mezcla de alegría y tristeza, mi colección cervantina para exponerla en la gran Feria sevillana. Alegría porque mi colección estará presente por unos días en España, la tierra de don Quijote y Sancho. Tristeza porque el amigo que nunca la vio y a quien me ilusionaba tanto mostrársela, partió poco antes en ese viaje del que no se tiene retorno. Quiero imaginar que desde donde se encuentre podrá echarle una ojeadita.El lunes 29, mi comisario Estanislao debía llamarme a su llegada, alrededor de las 16 horas, a fin de entregarle oficialmente mi colección. Pero pasaron las horas y ¡nada de Tanis! A las 19 ya yo estaba que me cortaba las venas. ¡Haber venido desde tan lejos para que mi colección se quedara por fuera era simplemente inconcebible! Desesperada, le envié un SOS al amigo Paco Piniella porque mi maquiavélico celular se las arregló para impedirme la comunicación directa con Estanislao. Gracias a Paco supe que mi comisario "andaba muy liado" y que al día siguiente a las 9 en punto debía llevarle la colección al hotel oficial: el Alcázar. Perfecto. Excepto que no contamos con la lluvia. De los preciosos días anteriores, llenos de luz y sol, no quedaban vestigio. Amaneció lloviendo y fue llover y llover. Por supuesto, nada de taxis.Pero bien dicen que Dios escribe derecho en renglones torcidos y también que no hay mal que por bien no venga. A mi pobre comisario le tocó venir desde la Fundación Cajasol a mi hotel (cerquita, a la vuelta de la esquina) a buscar la colección porque pesaba mucho para mí. Eso no fue lo bueno, claro está, porque Tanis no llevaba paraguas y se mojó. Lo bueno fue que gracias a esa lluvia y a la falta de taxis no tuve que ir al Alcázar y en cambio, fui directamente a Cajasol donde pude reencontrarme con los "viejos" amigos (Rafael, Pedro entre otros) y ver con la tranquilidad y el silencio que ya no tendré, varias de las colecciones que me interesaban, especialmente la de Paco (el mismo que me echó el salvavidas cuando yo naufragaba) y que es punto y aparte. Una maravilla. Se las recomiendo a todos los temáticos que quieran aprender.Pero sobre todo, Sevilla me ha dado la impagable oportunidad de conocer un montón de filatelistas que ahora serán mis nuevos amigos, que me invitaron a ir con ellos a almorzar y me hicieron sentir como una más del grupo. Y pensar que todavía es apenas el comienzo de mi aventura por tierras andaluzas. ¿Qué más puedo pedir?
6 comentarios:
Disfruta tu estancia en Sevilla y tráete el Oro Nacional Sevillano para Panamá. Eso si regresa completa, que te extrañamos!!
Saludos
y Éxitos
Ed
Gracias Marcela por escribir con el corazón.
Lo Asociación de Filatelia y Coleccionismo de Alcalá de Henares orgullosos de que nos representes. Un abrazo
Muchas gracias por los alentadores mensajes. Espero ganar "buena calificación" con mi colección cervantina para agradecer a los de Alcalá el cariño con que me acogieron.
Marcela
Un saludo amiga Marcela desde Dinamarca con admiración por tu buen caminar y por la generosidad con que compartes lo que vives -com dice Paco Piniella... con el corazón.
Muchísimas felicidades por tu gran Oro. A disfrutarlo y a hacerlo crecer.
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