De Jurados y juzgamientos
Algunas reflexiones de una coleccionista tematica ya no tan novata.

Artículo de ©Marcela Díaz-Cabal
Una de las primeras cosas que todo expositor aprende rápidamente es que aunque los jurados tratan de ser objetivos (para eso están los reglamentos y las directrices), no pueden evitar la subjetividad. Lo cual es natural: son humanos.  Mucho va a depender del gusto personal, la moda y de la interpretación de las reglas. Y no hay gran cosa que se pueda hacer. Las decisiones del jurado son inapelables. No queda más que aceptarlo y cruzar los dedos por que el jurado piense de manera razonable o sea lo suficientemente flexible ante las diversas realidades que le tocará calificar. Y por supuesto, no desanimarnos si no obtenemos lo que creemos merecer... aunque sea más fácil decirlo que hacerlo.
Para el coleccionista promedio y más aún para el avanzado, es muy descorazonador cuando de una exposición a otra le rebajan los puntos ganados, especialmente si ha invertido tiempo, dinero y esfuerzo por mejorarla. Ya lo comenté hace algún tiempo a raíz de la Mundial de Nueva York en el 2016. Dudo que un coleccionista decida exponer dos veces su colección exactamente igual, sin variarle nada. El que se arriesga a la crítica de un jurado lo hace pensando en ir avanzando, no retrocediendo; siempre en línea ascendente; nunca a la inversa.
Aquí se plantea el asunto de la idoneidad del jurado que juzgará las colecciones. ¿Quién decide cuál jurado es idóneo o cuál no? Se supone que para ser jurado, la persona debe de haber ganado como mínimo un Vermeil Grande en su propia colección, asistir a un determinado número de seminarios o congresos, pasar una etapa de aprendizaje y finalmente ser  "examinado" por otros jurados veteranos. El examen consiste en juzgar un cierto número de colecciones de acuerdo con el reglamento de la clase para la cual se acredita y los resultados deben coincidir, con muy poco margen de error, con la puntuación dada por los maestros.
¿Pero qué ocurre cuando un jurado emite su veredicto y poco después otro jurado da una puntuación inferior utilizando el mismo baremo? ¿Alguien pide explicaciones? ¿El jurado que juzgó primero debe o puede solicitar que quienes rebajaron la puntuación justifiquen lo actuado? ¿Quién o quiénes deciden esta discrepancia sobre todo cuando no ha transcurrido mucho tiempo entre una y otra evaluación? Son preguntas para las que no tengo respuestas, pero que me dejan pensativa porque después de todo, cuando alguien califica una colección también pone en juego su prestigio y su profesionalismo. Tal como sucede cuando los docentes universitarios dirigen tesis de grado, maestría o doctorado. El catedrático o profesor avala dicha tesis con su propio historial académico y profesional.
Al que se gana un Nobel,  por ejemplo, no se lo quitan luego porque su descubrimiento o su trabajo haya sido llevado posteriormente a  niveles superiores por otros científicos. ¿Por qué rebajar una puntuación hasta hacerle perder al coleccionista su medalla ganada en buena lid si no ha cometido ninguna falta? Eso no me lo explico.
Otra cosa que los expositores también aprendemos rápidamente es que reglas y jurados a veces se contradicen. Por ejemplo: Una de las reglas del reglamento FIP dice que "una participación temática utiliza la más amplia gama posible de tipos de material filatélico postal apropiado" (ref.: GREV Art 3.2). Perfecto. Pero, ¿qué ocurre cuando no existen todas las gamas posibles para un determinado tema aunque haya suficientes sellos, cartas, entero postales, pruebas, matasellos, marcas, etc.? ¿Se desecha a pesar de que el plan se puede desarrollar cumpliendo con las características que exige la temática de ser científico, lógico, coherente  y equilibrado? No parece correcto desechar un tema solo porque no existe tanta variedad de material postal. Después de todo, la innovación no se da solo en el tratamiento; también la puede haber en el asunto o tema elegido.
A veces el expositor se queda perplejo ante la crítica del jurado. La filatelia es por antonomasia "afición a los sellos", pero de pronto resulta que hay jurados a los que no les gustan los sellos y dicen: "tienes demasiados sellos sueltos". ¿En qué parte del reglamento se establece la cantidad de sellos que puede tener o no una colección? No lo he visto. Pero el expositor obediente trata de añadir cartas circuladas, "viajadas", por lo mismo de cumplir con esa variedad que exigen los reglamentos. Pero entonces le recriminan: "Tienes que evitar poner cartas solo por el sello". A ver, se pregunta el expositor: "Ni sellos sueltos ni cartas con sellos. ¿Cómo es eso? ¿Para qué se exhibe una carta, entonces? ¿Solo por su matasellos?" Puede ser, pero es que al jurado tampoco le gusta cualquier matasellos: "Debes tener matasellos temáticos; si no, no vale la carta". Ah, pero es que si también hay que evitar los matasellos de Primer Día y los conmemorativos, el expositor termina por preguntarse: "¿Entonces de qué va la cosa?¿Ni sellos, ni cartas ni matasellos?"
Otro aspecto importante para el expositor es el conocimiento temático. Los expositores comprendemos que los jurados no tienen que saberlo todo. Pero al menos, pueden investigar. Que no le viene mal a nadie tampoco. Por ejemplo: El Quijote es, con Hamlet y La Divina Comedia, una de las grandes obras literarias universales. Si van a juzgar una colección basada en una de esas obras los coleccionistas esperamos que el jurado haya hecho el esfuerzo por conocerla aunque sea en resumen y se haya enterado de qué clases de materiales postal filatélicos existen sobre el tema. Del Quijote hay un catálogo/estudio  en dos tomos de Vicente Sánchez Moltó que es una joya, una especie de "Biblia" filatélica cervantina. Cuanto hay de Cervantes y El Quijote en el mundo filatélico está consignado allí. Se podría hojear, digo yo, para saber si existe o no esa variedad de elementos postales que quiere ver el jurado en la colección. Dudo que vean allí un VMail o un Airgraph o un Publibel por mencionar algunos materiales.
Hay algo que  también me desconcierta: se comprende que hay que  eliminar los sellos de países o administraciones inexistentes y alejarnos de los países especulativos, etc.,  pero el hecho de que un acontecimiento ocurrido en un determinado lugar o las grandes obras artísticas, literarias, etc. sean objeto de reconocimiento por diversos países y emitan sellos sobre ellos, ¿qué tiene de malo? ¿Por qué no se pueden usar sus sellos? La cultura, después de todo, no es propiedad de una nación en particular. La Cruz Roja, por ejemplo, es una institución reconocida internacionalmente cuya bienhechora labor llega a casi todos los rincones del mundo. ¿Se deben eliminar los sellos de la Cruz Roja emitidos por países africanos aunque también ellos reciban su apoyo y lo consignen en los sellos?
Nos dicen las reglas que el texto temático es obligatorio en cada hoja. Vale. Así debe ser. Pero también piden y evalúan innovación. Sin embargo, si  el texto temático se coloca en otro lugar de la hoja que no sea al inicio, no le gusta al jurado. Exigen  seguir los cánones tradicionales y penalizan al expositor  que por razones estéticas, coloca el texto temático de otra manera. ¿Qué tal en el medio o a un costado?  En poesía, vale tanto un soneto (de las formas poéticas más rígidamente estructuradas) hasta los modernos caligramas en donde la palabra y la imagen se funden en un solo objeto.
Caligrama de Cervantes
Uno se pregunta: ¿vale o no vale la imaginación y la creatividad a la hora de montar una colección filatélica temática?
Para el coleccionista que es todavía "pichón", novato, inexperto, incluso para el que no lo es tanto, sería muy beneficioso ver cómo los jurados resuelven en sus propias colecciones temáticas  los escollos que puede enfrentar un coleccionista. ¿Qué tal una exposición virtual de las colecciones temáticas de los jurados actuales que sirvan de modelo al estilo de las de Damián Läge, Luis Fernando Díaz, Paco Piniella y otros? Sería interesantísimo y sumamente educativo.
En cuanto a mí, que como expositora me encuentro en la posición de juzgada y no de juzgadora, me satisface y enorgullece haber elegido un asunto que hasta donde sé, nadie lo había intentado en filatelia temática. Que no elegí el camino fácil para desarrollarlo, sino el difícil; y que cualquiera que después de mí intente una colección de este tipo sobre Cervantes o El Quijote, tendrá que tomar en cuenta la mía para superarme. Ojalá haya otro cervantista que lo haga. Nada me gustaría más que se difundiera El Quijote a través de la filatelia temática.  Pero sobre todo me satisface saber que he logrado mi propósito: demostrar con "argumentos" postal-filatélicos la tesis planteada en el título y en el plan de mi colección.
Que todavía le falta crecer a la niña de mis ojos, cierto; pero si a Damián Läge le pareció suficientemente bueno mi plan en Quito, Ecuador, la primera vez que la expuse en el 2015, y me dijo explícitamente que no lo cambiara, significa que va bien encaminada. Ahora, con el Vermeil Grande de Chile y el Oro en la Nacional de Sevilla, España, me siento, como niña de escuela, que he ganado 5 con estrellita. Aún queda mucho camino que recorrer. Lo sé. Pero eso no me desanima. Porque la filatelia es, después de todo, una gran aventura.

9 comentarios:

Jordi Quintana Compte dijo...

Felicidades por el artículo. Controvertido artículo ya que pone el dedo en la llaga en uno de los aspectos claves del coleccionismo competitivo.

Para mí, la situación ideal sería aquella en que el coleccionista se siente protegido por la confianza que le inspira el jurado.

Más allá de la dilatada experiencia y formación como jurado, para mi seria muy recomendable que el cuerpo de jurados acreditara una meritoria trayectoria como expositor y que, incluso sus colecciones pudieran ser dignas de ser tomadas como referencia, obviamente en aquella clase en que se juzga.

Y otro aspecto, imposible de resolver salvo en contadas temáticas, es la sensación de que ningún jurado tiene el conocimiento sobre el material disponible en una temática concreta para valorar el material expuesto o su rareza. Al menos se ha ganado en otro aspecto que era el desamparo del coleccionista en la rapidez y necesaria superficialidad por falta material de tiempo con que se evaluaban las colecciones sobre el terreno.

Y para ejemplarizarlo, el ejemplo del jurado sueco Gunnar Dahlvig, que es oro FIP, con su colección disponible en exponet para quien tenga interés en conocer lo que un jurado que exige a coleccionistas y se autoexige a él mismo. Igual ya no és una colección de generación 4.5, pero igualmente sigue siendo un placer el leerla.

http://www.japhila.cz/hof/0285/index0285a.htm

y con un acreditado currículum que hace que quien se sienta juzgado por él poco pueda cuestionar.

https://www.google.es/url?sa=t&source=web&rct=j&url=http://sff.nu/wp-content/uploads/2014/01/CV-Dahlvig-Gunnar140102.pdf&ved=2ahUKEwj50Yv5jMzeAhUFmRoKHYooBykQFjAAegQIABAB&usg=AOvVaw2Wmn7S_roFPLkMStz0WirT

Anónimo dijo...

Interesante, tanto el articulo como el comentario del señor Jordi Quintana.
Quienes queremos formarnos y participar en ese àmbito complicado de la temàtica, agradecemos ambas cosas ya que ayudan a entender el mundo de las exposiciones filatélicas. gracias.
anonimo.

Marcela Díaz Cabal dijo...

Muchas gracias, Jordi, por sus comentarios y por esa referencia que no conocía y que me interesa sobremanera. Yo, la verdad, he sido afortunada con mis jurados. No me quejo. Sólo que sí hay aspectos que deben mejorar. Para Chile y España seguí el modelo de informe que publicó Estanislao en La Lupa y creo que ha sido de gran ayuda enviarlo previamente al jurado junto con la colección escaneada, precisamente por la falta de tiempo a la hora de juzgar las colecciones "in situ".
Saludos cordiales desde Panamá.
Marcela

from-philately-to-froglately dijo...

Excelente artículo Marcela, que bueno que lo llevarse a cabo, muchas veces el comentario es mejor recibido de quien viene!!! Y en este caso que sea de ti espero sea lo mejor y un parteaguas. En mi caso que tengo medio grupo de filatelistas en contra y medio grupo de filatelistas a favor, (sin conciderar que soy “radical” dicen algunos en FIAF, habría hecho una guerra mundial!!!).

Yo he vivido la experiencia en carne propia, y coincido con Jordi muchos jueces “muestran” desconocimiento sobre materiales filatélicos pero su posición los “respalda”.

Bravo por el artículo, adelante!!

jose Angel Gandara Rodriguez dijo...

Excelente y complejo artículo, el cual cada expositor lo ha vivido y sufrido, incluso el disgusto de algunos expositores le ha llevado a abandonar a participar en exposiciones competitivas, aunque no siempre es culpa de los jurados a veces también es el propio expositor, por lo que tiene muy difícil solución.
A lo largo de más de veinte años exponiendo, siempre que puedo, trato de hablar con el jurado que me califica y uno llega a tomar la determinación de a que jurado te puedes fiar más o menos en sus consejos. Debemos conocer los reglamentos y saber aplicarlos lo mejor posible y si damos con jurados que nos sepan asesorar es fácil progresar, de lo contrario estaremos desorientados.
Lo que me parece injusto es ocasiones el trato que recibe el expositor, ya que sin ellos no habría exposiciones, y creo que habría que mimarlo un poco más sobretodo cuando un jurado baja de un nivel o dos a una colección, ahí algo ha fallado, no puede ser que de una exposición a otra se produzca esa diferencia de metal, personalmente a mi me ha pasado, tuve la suerte que el jurado que me rebajo más de 10 puntos, me asesoro y a partir de ahí mi colección ha ido creciendo.

Edward Vianna dijo...

Muy interesante artículo,
En el caso de las estampillas de la Cruz Roja, si me ha pasado... he visto como esas mismas estampillas que tengo que eliminar de mi colección, las mismas las he visto en colecciones que han ganado el oro FIP... todavía no lo puedo asimilar...pero bueno!! alguien me lo explicará algún día...pero puedo agradecer hoy a Don Paco y Don Luis Paulo... el haberlas dejado!!

Interesante!!

Es muy buena la propuesta que se publiquen los oros y grandes oros de la Temática, ya sea de cualquier Federación... no es por mi... es por los niños que vienen abajo, los jóvenes que están, por los que quieren aprender, por el "bien" que le hacemos al Mundo Temático, y por el futuro de la filatelia.
Saludos

Marcela Díaz Cabal dijo...

Muchas gracias a todos por sus comentarios. Creo que es importante analizar ciertos aspectos de las exposiciones competitivas que afectan al expositor y tratar de buscarles solución. Un punto que no toqué es que la crítica es importante para crecer y mejorar nuestras colecciones, pero también los jurados deben tener tacto para no herir al expositor. No se trata tanto de qué nos dicen, sino cómo nos lo dicen. Yo tuve el privilegio de que Damián Läge fuera uno de mis jurados la primera vez que competí y fue lo mejor que me pudo haber pasado. Quedé maravillada de su habilidad para decir lo que tenìa que decir sin hacerme sentir mal, sino agradecida. En esos minutos en que me hizo la crítica--públicamente--aprendí no solo de filatelia temática, sino de docencia...que es mi profesión.
Saludos cordiales,
Marcela

El Tío Pérez dijo...

Estimada Marcela, te paso a comentar algunas cosa, ante todo uno tiene que hacer el tema que a uno le guste y se sienta cómodo, tratare de dar mi parecer en algunos aspectos que has planteado, como lo mencionas si bien hay pautas y reglamentos para juzgar colecciones, el entorno y el nivel de las participaciones influye positiva o negativamente en la apreciación de los jurados, en teoría esto no tendría que influir en más menos 3 a 5 puntos, aunque en algunos casos (como me ha pasado a mí en NY 2016 que me bajaron 7 puntos de otra expo FIP MALAYSIA 2014, luego en BANDUNG 2017 subí 4 puntos más), pero el tema es sacar el balance positivo y en definitiva la medalla termina siendo un promedio de las diferentes participaciones.
Respecto a lo que comentas: que te dicen "tienes demasiados sellos sueltos", "Tienes que evitar poner cartas solo por el sello", "Debes tener matasellos temáticos; si no, no vale la carta". Ah, pero es que si también hay que evitar los matasellos de Primer Día y los conmemorativos, el expositor termina por preguntarse: "¿Entonces de qué va la cosa?¿Ni sellos, ni cartas ni matasellos?"
Uno lo que siempre tiene que tener en cuenta es que al ser una participación que está en “competición”, debe colocar el “mejor” material posible que le ayude a desarrollar su tema, si uno se pone a ver la gama de material disponible a simple vista quedan que los sellos postales “modernos”, y los día de Emisión como el material más simple a la hora de conseguir, pero ojo que quede claro no estoy diciendo que no se pueden usar, simplemente que dentro de lo posible hay que ir tratando de reemplazar aquellos que no sean fundamentales para nuestro desarrollo del tema, y cuanto más escale la colección este margen se va a ir haciendo más estrecho. En cuanto a colocar sobres circulados por el sellos postal, yo me lo reservaría a material “raro” o escaso, o donde para cumplir con mi desarrollo hay poco material, tratar de hacer un poco de “historia postal” dentro de lo posible, como ejemplo te puedo decir, no es lo mismo una carta circulada con sellos postales de Holanda del año 1937 dentro de Europa, que las que fueron voladas en el Hindenburg, y rescatadas del accidente, o sin ir tanto a los extremos buscar destinos “raros”, censuras, trasportados por tal o cual medio de transporte… etc..
Cuando hablas de tratar de no usar tanto países “poco serios” o períodos de países más que nada los modernos, es un poco lo que te comente antes, es material de “poco” valor filatélico, por lo que dentro de lo posible hay que ir reemplazando (siempre sin descuidar el desarrollo de tu colección!!!)
Respecto a los jurados y sus colecciones, está en cada uno mostrarla o no, ten en cuenta que no necesariamente un jurado tenga una colección de Oro Grande, el tema es saber cuáles son los puntos flojos de nuestras colecciones y en cuanto podamos ir cambiandolos, Los jurados no somos más que otro coleccionista, y aquí mi recuerdo al maestro Luiz Paulo, en una oportunidad antes de presentar mi colección en MALAYSIA 2014, charlamos de mi colección donde me dio su parecer en algunos aspectos de mi participación, y me dijo “nosotros juzgamos colecciones que están dentro de nuestro mismo nivel, muchas veces es muy difícil aconsejar al expositor ya que uno también está en la posibilidad de cometer los mismos errores”. El jurado trata dentro de su buena fe de aconsejar al expositor en que sería lo mejor, luego está en potestad de este el tomar los consejos o no, a veces hay que escuchar todo y pasar por un tamiz lo fino que nos pueda servir. Espero que te sirva mi comentarios te mando un fuerte abrazo. Christian Gabriel Pérez.

Paco Piniella dijo...

Muy buena observación Christian.