Aclarando términos: ¿Qué significa lo “postal filatélico”? (continuación)

Artículo de ©Marcela Díaz-Cabal 

En esta segunda parte del artículo intentaré contestar al comentario de Jordi Quintana. Y comienzo por darle nuevamente las gracias, querido Jordi, por tu prolijo comentario a mi artículo sobre lo “postal filatélico”. De hecho, es tan interesante lo que expresas que da como para escribir otro artículo. Lo primero que me sorprendió fue el uso de vocablos que nunca había visto asociados a la filatelia: “extraordinario” (en contraposición a lo “ordinario” supongo); “venerable”, “prescindibles”, “nobles”. Habría que buscar las definiciones de estas palabras y ver cómo se relacionan con lo postal y filatélico.


Según la RAE:
  • “Venerable” es aquello digno de ser venerado, respetado. Sus otros significados, correspondientes a títulos eclesiásticos, no nos conciernen.
  • “Prescindible”, se define como lo que no es o no se considera necesario o que permite que se prescinda de él.
  • “Noble” es preclaro, ilustre, generoso.
  • En el caso de “extraordinario”, de sus múltiples definiciones dos son las que nos interesan:
    • adj. Fuera del orden o regla natural o común.
    • m. Correo especial que se despacha con urgencia.
Las definiciones de la RAE de “postal”y “filatélico” ya aparecen en mi artículo anterior; por lo tanto, no hace falta repetirlas. Tampoco se trata de qué opinamos cada uno de nosotros sobre dichas voces, sino lo que significan: lo postal se refiere a las comunicaciones o paquetes que se envían o reciben a través del correo. Lo filatélico, es todo lo concerniente al pago de un servicio postal y a lo que se le relaciona, comenzando por lo principal y que le da nombre a la afición: los sellos. Sin ellos, no habría filatelia.

Pero, Jordi, mencionas tres de las modalidades aceptadas oficialmente en la Filatelia (la Tradicional, la Historia Postal y la Moderna) y te olvidas de la Temática, objeto de los artículos publicados en esta bitácora y en cuyas colecciones se usan sellos no circulados que según tú, no son valiosos porque carecen de esa pátina amarillenta que les da prestigio. Me sorprende mucho, Jordi, precisamente porque tú eres temático y tienes una muy buena colección temática sobre la bicicleta.

Lo postal para ti “incluye un concepto extraordinario” cuando se refiere a lo que ha circulado por un correo del tipo que sea. Para mí, una carta ordinaria es tan postal como una certificada; un telegrama, un aerograma, un entero postal, son igualmente “postales” que un matasellos, una marca de ruta, de agentes encaminadores, etc. Y no tienen nada de extraordinarios (a menos que se hayan despachado con urgencia); son usuales.

La verdad, Jordi, es que no entendí bien qué querías decir con “venerable”, “prescindible”, “noble” al referirte a lo filatélico.

Si quieres enviar una carta hoy a cualquier parte del mundo sabes que tienes que comprar sellos en Correos que cubran el importe exigido. En algunos países, Panamá por ejemplo, los sellos postales no prescriben y podrías usar sellos “clásicos” incluso hoy; pero, no ocurre así en España ni en muchos otros países. Estás obligado a emplear sellos nuevos, vigentes. Que igualmente tendrías que comprar en la ventanilla del servicio filatélico de Correos.

Otro aspecto por recordar es que en algún momento del tiempo, lo “nuevo” envejecerá. Probablemente en unos 100 años, el sello que compres hoy habrá pasado a la categoría de tradicional o “clásico”. Al fin y al cabo, el Penny Black, el primer sello del mundo, comenzó a coleccionarse en cuanto vio la luz en 1840. De otra manera, de no considerarse codiciable, posiblemente no habríamos tenido la oportunidad de tenerlo hoy en nuestras colecciones.

Primer sello del mundo: el famoso Penny Black

Por otra parte, hay que recordar que ni siquiera todo lo “postal” es igualmente apropiado en una colección temática competitiva. Ejemplo: las postales, recientemente admitidas en una categoría específica para ella,  no se aceptan en Temática. Ni una sola por la imagen. Las Tarjetas Máximas, pertenecientes a otra categoría filatélica, se admiten con bastante reticencia. No más de 3 en toda la colección, te advierten los entendidos. ¿Y qué me dices de los “sellos personalizados”? Por mucho que sean productos postales elaborados por Correos y se usan, los filatelistas ortodoxos se niegan a aceptarlos.

Revista de la Asociación Española de Maximofilia

Como bien has dicho, todo lo filatélico no es considerado postal (ahí sí está bien empleado el término “prescindible”). Pero tampoco todo lo postal es filatélico en temática (aunque se afirme lo contrario). Ya hemos visto un par de ejemplos. Por consiguiente, no basta con dividir los elementos que se emplean en Correos en “postal” o “filatélico”. Hace falta que cumplan ambos requisitos: que sean postal y filatélico. A eso es a lo que las Directrices de la FIP y algunos temáticos denominamos “postal filatélico”.



Tal vez valga la pena transcribir lo que dicen las DIRECTRICES FIP acerca de lo que se consideran elementos postales válidos para una colección temática de competición. Que es lo que importa porque cada modalidad filatélica tiene sus propias reglas y en este caso nos interesa la Temática.

Artículo 3: Principios para la Composición de la Participación

3.1. Material filatélico apropiado
Material postal-filatélico apropiado es el que ha sido emitido, se proyectó emitir o ha sido producido en la elaboración de la emisión, con el propósito de transmitir correo u otras comunicaciones postales, el que ha sido usado para ello, o considerado válido por organizaciones postales gubernamentales, locales o agencias postales privadas, así como por otras autoridades debidamente encargadas o facultadas para ello. El material postal-filatélico adecuado tiene las siguientes características:

Tipo de material:
  • elementos de franqueo (sellos, carnés de sellos, enteros postales, franqueos mecánicos, etiquetas autoadhesivas emitidas por ordenador, etiquetas de máquinas dispensadoras FRAMA etc.) y sus modificaciones (reimpresiones, sobrecargas, perforados). Sin embargo las modificaciones no deben incluirse si esa modificación interfiere con el tema original, (por ejemplo haciendo que deje de ser visible); en éste caso ésas piezas se podrían utilizar para el tema o temas que estuviesen relacionados con la modificación.
  • cancelaciones (ordinarias, publicitarias, conmemorativas y cualquier otro matasellos especial).
  • indicadores de privilegios postales (franquicias de autoridades ,correo militar), ya sea a través de marcas, sellos, matasellos, y/o tarjetas .
  • otras piezas utilizadas en las operaciones postales , como etiquetas de certificados, etiquetas y marcas de rutas postales, etiquetas o marcas suplementarias (de censura, de desinfección, de correo accidentado), relaciones de envíos, cupones de respuesta, marcas de agentes encaminadores ,etiquetas y marcas de cualquier forma de automatización postal etc. En su caso, estos elementos deben estar en sus respectivos documentos.
  • piezas "proyectos de emisión o realizadas en la preparación de la emisión" como bocetos y pruebas.
  • variedades y errores.
  • sellos fiscales. Se admiten siempre que hayan sido usados postalmente o tengan validez postal. Los sellos fiscales de validez exclusivamente fiscal sólo son admitidos en casos excepcionales cuando constituyen el único medio de describir un punto temático importante.

3 comentarios:

from-philately-to-froglately dijo...

Estimada Marcela, me da mucho gusto leer tus artículos y te felicito por buscar respuestas y no temer jamas al debate para poder aclarar temas que suelen ser muy polémicos como este.

Primero quisiera aclarar que postal/filatélico no es una "definición", si hacemos a un lado eso, podremos entender que son características que debe contener una pieza, por esa razón creo que al introducir una material en nuestras colecciones se debe analizar y sustentar ¿por qué está ahí?

Y bien mencionas por que no se puede introducir una "tarjeta postal" no ha mas elementos que cumplan con ambas características.

Por otro lado desconozco quien te haya indicado que una tarjeta máxima reciente no puede incluirse, por supuesto que es posible si esta cumple con sus características de "construcción" (valdría la pena abordar un artículo para que aclarar esto), también vale la pena que se deje muy claro que el que se pueda introducir en una colección, no es sinónimo de que dará puntos, muchos autores van por la vida pregonando la exclusión de material porque "no da puntos", pero debemos de estar abiertos y tener una visión muy amplia para comprender que hay piezas que por si solas no darán puntos, pero en conjunto, siendo parte de un esquema que facilita la comprensión de tu colección lo harán en el desarrollo del tema... y ahi es donde una pieza como una tarjeta máxima que a ojos de muchos parecería insignificante, podría hacer la gran diferencia.

Saludos desde Querétaro, México!

Marcela Díaz Cabal dijo...

Hola, Mario. Primero que nada mis saludos especiales para ti y tu familia en este nuevo año que comienza con muchas ilusiones, proyectos y expectativas. Luego, darte las gracias por tus comentarios siempre atinados y bienvenidos.
En realidad, al señalar las características que debe tener una pieza postal ya estamos definiéndola. La RAE nos lo dice: una definición es "una proposición que expone con claridad y exactitud los caracteres genéricos y diferenciales de algo material o inmaterial." Dicho esto aclaro otro punto: yo no he afirmado que no se pueda incluir una tarjeta máxima reciente en una colección. Nueva o vieja, lo que sí es cierto es que hay que tener mucho cuidado con la cantidad que colocamos. Al menos mis mentores: Luiz Paulo Rodrigues Cunha y Francisco Gilabert Granero, ya fallecidos ambos lastimosamente, siempre me insistieron en no más de 3 o 4 TM en una colección. Puede ser que ahora los jurados sean más flexibles. No lo sé. Pero estoy de acuerdo contigo conque el hecho de que una pieza sola no dé puntos no significa que en el conjunto del desarrollo del tema no tenga un papel importante que cumplir. Besos a la heredera.

Luis Fernando dijo...

Muchísimas gracias, Marcela, por mantener el dedo en estos temas que son centrales al coleccionismo en los campos que compartimos.
Agradezco también a Jordi por mencionarme y, estoy seguro que él, al leerte, como yo, tenemos en mente las numerosas veces en que hemos buscado dotar de cierto rigor (¿científico?) a nuestra disciplina.
Concretamente, en la charla que presenté en Mi Oficina el pasado 3 de setiembre (https://youtu.be/mDmFTyjGKXs) con el nombre “Filatelia temática. Los materiales “raros” y su uso. El caso del tabaco y su papel en la sociedad de consumo”, dediqué una parte importante de la exposición a tratar de aclarar dichos términos a la luz de las nuevas disposiciones adoptadas recientemente por las autoridades de la FIP.
A veces me parece que sobre la propiedad del lenguaje ya hemos perdido la posibilidad de construir algo significativo.
Sin embargo, en esta ocasión has puesto un ejemplo muy apropiado para lograr fortalecer la distinción. Se trata de las tarjetas máximas. Creo que es correcta la afirmación de que
1. es recomendable mostrar “alguna” tarjeta máxima. Eso contribuye al criterio “conocimiento filatélico”.
2. Creo que no debe abusarse. No hay un número mágico ¿2 o 3 en una colección de 5 marcos? ¿3 o 4 en una de 8 marcos? ¿chi lo sa?
3. Ya lo han dicho otros: deben ser “correctas”, es decir cumplir con las reglas de su existencia.
4. Hay tarjetas máximas “antiguas” que fueron hechas con un propósito postal. Las modernas, en cambio, son casi siempre filatélicas. Por eso hay que extremar el cuidado.
5. Aunque sean filatélicas, lo esencial es que tengan una contribución significativa al discurso temático (esto es vital para todos los materiales. A veces hay quienes dan la impresión, tal vez por error, que no es así). Ramírez tiene razón, ningún juez va a calificar el accidente; prevalece la coherencia y la lógica del discurso.
Con el cariño de siempre querida amiga.
Luis Fernando